El nuevo terremoto en el sector del turismo, provocado por la expansión del virus Covid-19, ha hecho más patente que nunca la diferente forma de abordar las crisis de las empresas del sector por dos gigantes: Alemania y Reino Unido.

Reino Unido no quiere “tirar el dinero”

Algunos de los pesos pesados de la industria turística están intentando interceder ante el Gobierno de Reino Unido con el fin de que dé apoyo financiero para a la aerolínea Virgin Atlantic, que ha solicitado cientos de millones en ayudas estatales, para poder mantenerse a flote durante la crisis del coronavirus.

Según ha informado la prensa británica desde Airbus, Rolls-Royce y el mismo Aeropuerto de Heathrow han enviado cartas al secretario de Transportes, Grant Shapps, advirtiéndole de que si la línea aérea quiebra, la onda expansiva puede ser destructiva para todo el sector de la aviación.

Desde el Ejecutivo británico se han mostrado repetidamente reacios a lanzar un salvavidas a la industria y es que se plantean un rescate como último recurso. Temen que se desate una avalancha de peticiones similares por parte de otras compañías que ya han expresado su intención de hacerlo, como easyJet o la regional Loganair. La posición del gobierno británico podría parecer un órdago si no fuese por el reciente precedente de la caída de Thomas Cook.

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En el fin de semana en que se desencadenó el final del gigante turístico (25 y 26 de septiembre de 2019) tuvo lugar una carrera contrarreloj para reunir los 226 millones que exigían sus acreedores para aprobar el plan de rescate por parte del grupo chino Fosun (que suponía la inyección de 990 millones de euros). Y estuvo muy cerca de lograr su objetivo con la ayuda de los hoteleros de Baleares y Canarias, que ofrecieron convertir 100 millones de deuda en capital, y sus últimas reservas de liquidez. El pequeño empujón lo tenía que dar un préstamo puente del Gobierno de Reino Unido que nunca llegó. El propio Shapps denegó la ayuda calificándolo como “tirar el dinero” en un “negocio mal administrado que iba en la dirección equivocada en el momento equivocado”. El resultado fue el despido de 22.000 empleados del grupo y la repatriación más grande de la historia de ciudadanos británicos en tiempos de paz.

Aunque siendo justos con los británicos es necesario apuntar que concedieron el pasado mes de enero un préstamo de 100 millones de libras (115 millones de euros) a Flybe, que, sin embargo, quebró nada más iniciar la crisis del coronavirus.

Avión de Condor

Avión de Condor

Alemania acude al rescate, a veces

De forma paralela, el Gobierno Federal de Alemania y el Estado de Hesse otorgaron un crédito puente de ​380 millones de euros a Condor, aerolínea vacacional filial del quebrado grupo Thomas Cook. Esta inyección de capital permitió a la compañía seguir operando hasta encontrar un comprador que llegó el pasado mes de febrero​.

Ahora, también ha dado un balón de oxígeno al mayor grupo turístico del mundo, TUI, al que le ha otorgado una ayuda estatal de 1.800 millones de euros.

No obstante, Alemania no siempre ha salido al rescate, basta con recordar las recientes quiebras de Germania y de Air Berlin, aunque eso ocurrió hace uno y tres años, respectivamente. Y es quizás por este historial reciente de cierres que, desde el Gobierno Federal Germano, han cambiado de enfoque.

¿Cuál es la diferencia entre Alemania y Reino Unido?

A la hora de determinar por qué los germanos sí que intervienen mientras que los británicos se muestran más reacios, se pueden tomar varias aproximaciones:

Sistema económico

  • El sistema económico de Reino Unido es más próximo a los dictámenes liberales del no intervencionismo. De hecho, esta es una de las claves que ha influido en el Brexit y en la colaboración que han mantenido históricamente con Estados Unidos.
  • Alemania cuenta con un sistema denominado economía social de mercado, que se caracteriza por una política económica de mercado, y al mismo tiempo una política social que regula a la primera.

Importancia del turismo

  • El turismo supuso en Alemania el 8,6% del Producto Interior Bruto en 2018 (según WTTC), con una aportación de aproximadamente 300.000 millones de dólares.
  • En Reino Unido, el sector turístico generó el 11% del Producto Interior Bruto en 2018, aproximadamente 286.000 millones de dólares.

Patriotismo

En el caso de empresas multinacionales del tamaño de TUI o Thomas Cook, con decenas de filiales en varios países del mundo, es difícil hablar de "patriotismo" en torno a las marcas. No obstante, en los días en los que la compañía del corazón amarillo estaba viva, todo experto turístico alemán al que se le mencionara que era británica, te corregía recalcando que nació en 2002 cuando la germana C&N Touristic AG (Condor & Neckermann) compró a la inglesa Thomas Cook & Son.

Pero más que una motivación sentimental, lo que sí que es cierto es que los países quieren proteger la capacidad aérea desde y hacia su territorio y en este sentido la supervivencia de aerolíneas y grupos turísticos nacionales y no dejarlas en manos de un actor extranjero es esencial.

De izq. a dch.: Manny Fontenla-Novoa [TTG]; Harriet Green [ibmphoto24 (CC BY-NC-ND 2.0)]; y Peter Fankhauser

De izq. a dch.: Manny Fontenla-Novoa [TTG]; Harriet Green [ibmphoto24 (CC BY-NC-ND 2.0)]; y Peter Fankhauser

Viabilidad de las empresas y confianza en los gestores

El último aspecto, y no por ello el menos importante es la viabilidad de las citadas empresas y la confianza que las autoridades políticas tienen en sus gestores.

Un ejemplo claro de ello es que la comisión de investigación realizada por el Parlamento Británico señaló a Manny Fontenla-Novoa, Harriet Green y Peter Fankhauser como los principales responsables de la desaparición de Thomas Cook.

Por el contrario, no se han producido grandes revuelos en torno a Condor, cuyas cuentas arrojaban beneficios y se vieron lastradas por su matriz; ni en TUI, que liderada por Fritz Joussen ya emprendió hace cinco años una estrategia de transformación: primero pasaron de operador turístico tradicional a grupo hotelero y de cruceros, y ahora emprenden una segunda fase para convertirse en un grupo digital.