El que era el CEO de Thomas Cook, Peter Fankhauser, ha comparecido hoy ante una comisión del Parlamento Británico para esclarecer los motivos por los que se ha producido la quiebra del gigante turístico y si los altos sueldos cobrados por sus ejecutivos han influido en su inviabilidad económica.

Tal y como informa Travel Weekly, el exdirector ejecutivo pidió en numerosas ocasiones perdón por fracasar en su intento de salvar la compañía, aunque se mostró contrario a la petición de la parlamentaria Rachel Reeves, que lidera la comisión, que le exigía que hiciese sus disculpas más reales devolviendo parte de los sobresueldos ganados.

En concreto, la política británica hace referencia al bonus de 558.000 libras (648 mil euros aproximadamente) que cobró en 2017, un dinero que considera que debería utilizarse para compensar a los empleados de Thomas Cook por los despidos y a sufragar el enorme coste que ha supuesto la repatriación ordenada de turistas británicos en el extranjero. 

"Entiendo completamente donde vamos a parar y el sentimiento de la opinión pública y de algunos de nuestros compañeros. Sin embargo, lo que puedo decir es que he trabajado sin descanso para el éxito de esta compañía y me siento profundamente arrepentido de no haber podido salvar el acuerdo”, aseveró Fankhauser. A ello añadió que hará “lo que considere correcto” en un futuro, pero que no tomaría una decisión con respecto a devolver los bonus hoy. 

A su vez, defendió los sobresueldos cobrados esgrimiendo que el 30% fue pagado en acciones que no tienen ningún valor: “Nunca vendí una sola acción porque creía en el éxito de la compañía."

Asimismo, añadió que cuando asumió el puesto de CEO en 2014 era plenamente consciente de los desafíos financieros del grupo y que dio todo por convertir un touroperador “fuera de moda” en uno moderno. No obstante, todos sus esfuerzos estaban coartados por una deuda milmillonaria.