Una de las estrategias que más se está extendiendo en la industria de la aviación para ahorrar costes es la de invitar a sus clientes a seleccionar el menú a bordo antes del viaje. Esta estrategia, además de poder permitir a la compañía ofrecer comida adaptada a las necesidades del pasajero (menús para celíacos, veganos, halal, etc.) supone reducir de forma sustancial la cantidad de carga y, por tanto, reducir el consumo de combustible y las emisiones en una época en la que todo suma. 

Siguiendo los pasos de lberia —que inició esta medida en 2021—, Lufthansa ha anunciado que, a partir del próximo 8 de febrero, los pasajeros de clase turista de sus vuelos europeos con una duración mayor a la hora podrán seleccionar con antelación la comida que tomarán a bordo. Durante los 30 días previos y hasta 36 horas antes del vuelo podrán acceder a la web o a la app de Lufthansa y elegir entre una oferta que incluye ensaladas, sándwiches o tartas.

Se trata de una experiencia de prueba si se tiene en cuenta que desde la compañía subrayan que los pasajeros aún podrán elegir entre una variedad productos a bordo sin realizar un pedido anticipado. Además de ahorrar combustible, la medida también reduce la cantidad de alimentos desperdiciados, subrayan.

Las soluciones para ahorrar combustible


Esta no es la única propuesta que se ha barajado en los últimos años para reducir la carga de los aviones y ahorrar en combustible. De hecho, hay compañías que con esta intención han eliminado la venta a bordo o han cambiado la pintura, Es más, la propia Agencia de la Unión Europea para la Seguridad Aérea (EASA) dio permiso a las aerolíneas reducir la cantidad de combustible transportado durante las operaciones. También se han planteado otras opciones como dejar a los tripulantes sin maleta de mano a bordo o incluso reducir el número de pilotos. Otras han sido menos imaginativas y han optado por aplicar recargos por combustible en el precio de los billetes.