Son malos tiempos para enfermar durante las vacaciones, y es que los costes de los tratamientos médicos se han disparado en algunos de los destinos turísticos más populares del viejo continente.

Tal y como recoge Travelweekly, basándose en los datos de la británica Admiral Travel Insurance, los costes de los tratamientos médicos en destino se han disparado hasta un 21% en los últimos cuatro años. La culpa la tiene, en gran medida, la inflación que están sufriendo la mayoría de países, aunque también muchas clínicas privadas han subido tarifas para compensar los ingresos perdidos durante la pandemia.

Como ejemplo, destacan que para un británico una cirugía de derivación coronaria de emergencia en España tras un ataque al corazón podría costar una media de 38.000 libras (aproximadamente 45.000 euros). Una pierna rota supondría unas 2.500 libras (2.960 euros) y una repatriación se elevaría a las 6.000 libras (7.100 euros).

Desde la entidad aseguradora aseveran que entre los destinos más caros se encuentran los más populares para los británicos —como es el caso de España, Francia o Portugal—y aseveran que la Tarjeta Sanitaria Europea británica (UK EHIC) o la Tarjeta Sanitaria Global (GHIC) no garantiza la cobertura total de todos los tratamientos. “A diferencia de los seguros, no cubren muchos costos médicos, el vuelo de regreso al Reino Unido o el rescate de montaña en estaciones de esquí, y no son válidos en cruceros”, asevera Cosmin Sarbu, presidente de Admiral.