Los turistas que hoy, viernes, terminaban sus vacaciones en Mallorca han abandonado la isla con mal sabor de boca. Algunos, de hecho, ni siquiera han podido marcharse porque han perdido sus vuelos. Todo ha sido consecuencia de un gran atasco en los controles de seguridad de acceso a la zona de las puertas de embarque, provocado por una huelga de celo de los trabajadores.

Una huelga de celo es aquella en la que los trabajadores acuden a su puesto de trabajo, pero haciendo lo mínimo indispensable, causando una ralentización de la actividad. Esto ha provocado largos retrasos en el control de equipaje y ha provocado el caos en el aeropuerto, ya que numerosos vuelos se han visto retrasados, mientras que algunos pasajeros los han perdido.

Desde Aena niegan que se haya convocado ninguna huelga formalmente. Por su parte, Trablisa, la empresa encargada del servicio, también ha negado la protesta de sus trabajadores. No obstante, fuentes aeroportuarias así lo han confirmado al diario Última Hora.