El plan de la hotelera Ritz Carlton de reflotar el astillero de Hijos de J. Barreras, ubicado en Vigo (Pontevedra) ha hecho aguas. El fondo Oaktree —el brazo inversor de Ritz en su operación en Barreras— decidió el pasado mes de julio despedir a todo el consejo directivo. Ahora, la consultora Kroll Business, contratada por Oaktree, aconseja vender el astillero as is, es decir, tal como está, con lo bueno y con lo malo.

A pesar del precio simbólico, un euro, la venta se tornará complicada debido al embrollo jurídico que le espera al astillero. Varias navieras, entre las que se incluye Armas o la noruega Havila Kystruten, reclaman sumas millonarias a modo de compensación por fabricaciones de buques solicitadas que nunca se llegaron a construir. Además de los 12,58 millones de deudas con la industria auxiliar.


 

Pero Ritz Carlton no abandonaría España de manos vacías. Consigo quiere llevarse al crucero Evrima, que actualmente se encuentra terminándose en El Astillero (Cantabria). El buque fue remolcado el 15 de marzo a Cantabria, para volver a Galicia después de un mes. Sin embargo, el barco sigue en Cantabria y Ritz quiere trasladarlo para que lo terminen fuera de España.

Tal y como apuntan desde el Faro de Vigo, la marcha del Evrima fuera de España dejaría en vilo a una treintena de trabajadores del astillero vigués que se están encargando actualmente de la fabricación del buque, así como a numerosas auxiliares gallegas como Aister, Alcasi Galicia, Urkira o Iemi Cabaleiro.