Turquía ha ideado un plan para que los turistas que visiten el país no tengan que guardar cuarentena al regresar a su lugar de origen. Para ello, habilitará unos espacios específicos en los aeropuertos para la realización de pruebas diagnósticas de COVID-19 (PCR) a estos visitantes. Cabe destacar que Reino Unido ha sido uno de los países que ha decretado el aislamiento obligatorio para los británicos que regresan a su hogar procedentes del extranjero. 

Según ha informado la agencia de noticias turca Anadolu Ajansı, estos espacios estarán disponibles en los aeropuertos más concurridos del país, como los de Antalya, Dalaman, Bodrum, Izmir y Estambul, a partir del 1 de julio. De acuerdo con el ministro de Turismo, Mehmet Nuri Ersoy, las pruebas costarán 15 euros, los resultados estarán listos en dos horas e, incluso, se podrán enviar a un centro de salud del país de origen del visitante. Estos test deben cumplir las normas de calidad ISO 15189 o ISO/CEI 17025 o recibir el visto bueno de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Al mismo tiempo, Turquía ha anunciado que medirá la temperatura corporal a todos los turistas que aterricen en el país, si esta es de 37,8º o superior, se realizará una prueba diagnóstica gratuita. Si la temperatura es inferior a esa cifra, el visitante podrá continuar con su itinerario. 

El caso de Alemania

Lo cierto es que el país otomano ha lanzado una serie de medidas de seguridad para, especialmente, captar a los turistas procedentes de Alemania, su principal mercado emisor. Y es que la nación encabezada por Angela Merkel mantiene una recomendación de no viajar a Turquía que no tiene previsto levantar hasta el 31 de agosto. También, ha clasificado al país como área de riesgo por coronavirus.

Ante esta situación, otras de las medidas que ha tomado la nación turca ha sido la creación de seguros médicos para turistas internacionales que cubren el COVID-19.