Es difícil imaginar a un gigante turístico sin su propia aerolínea o división aérea. TUI cuenta con 6 líneas aéreas; Thomas Cook con 5; Jet2holidays tiene a Jet2.com; Globalia tiene a Air Europa; Grupo Barceló dispone de Evelop!; Schauinsland tiene a Sundair; el touroperador ruso-ucraniano Anex Tour con Azur Air, aunque su filial alemana haya cerrado.

Es por ello sorprendente que esta misma semana la ya mencionada Thomas Cook (TC) haya hecho pública su predisposición a vender su división de aerolíneas. Y es que la compañía del corazón amarillo quiere concentrar su negocio en los hoteles de marca propia para reconducir su estrategia para mejorar sus beneficios operativos, que fueron inferiores a lo esperado. Seguiría así los pasos de su principal competidor TUI, cuyas tres ejes principales de negocio son los hoteles propios, los cruceros y los servicios en destino.

Avión de Thomas Cook

Avión de Thomas Cook 

En esa búsqueda de financiación para la expansión de su cartera de hoteles, Thomas Cook Group está dispuesto a “todas las opciones”, incluida una venta de su división aérea por la que quieren lograr “un precio justo”, según ha revelado a los medios alemanes Christoph Debus, responsable de aerolíneas de la empresa del corazón amarillo.

Sus filiales aéreas son la mejor opción para obtener financiación por tres motivos principales:

  • TC no tiene capacidad económica para invertir en la renovación de la flota a gran escala.
  • Es una de las áreas de negocio que genera más beneficios para el grupo turístico. En 2018 supuso 145 millones de euros del total de 282.
  • Enlazado con su capacidad para ser beneficiosa, ya tiene pujadores interesados de mucho peso como Ryanair, Lufthansa e IAG (propietaria de las españolas Iberia y Vueling) tienen mucho interés en la venta.

No obstante, también hay un gran argumento en contra de la venta, ya que sin línea aérea propia el grupo será más vulnerable a los vaivenes del mercado aeronáutico. Ya se ha podido constatar el fuerte impacto en los TT.OO. cada vez que una aerolínea especializada en el sector vacacional desaparece: pasó con Monarch, con Air Berlin o Niki. Ahora, la quiebra de Germania, cuyo 60% de la capacidad era contratada por los touroperadores, pone aun más en evidencia la importancia de que los grupos turísticos cuenten con capacidades aéreas propias o estrechamente vinculadas, con el fin de garantizar tanto que sus pasajeros no se queden varados como que no se paralice toda su operativa en temporadas importantes

Aerolíneas que van desapareciendo

Aerolíneas desaparecidas

Y es que más allá del daño económico que pueden causar las reclamaciones y la recolocación de los clientes que se quedan varados por la quiebra de una compañía aérea, es más doloroso para grupos como TUI, FTI o la propia Thomas Cook perder capacidad en épocas de alta actividad cortocircuitando todo el flujo turístico y haciendo que los hoteles propios pierdan ocupación o que se vendan menos actividades en destino.

A todo ello cabe sumar otro impacto a largo plazo y es que la desconfianza de los clientes ante posibles nuevas bancarrotas hace que se ralentice la venta de paquetes vacacionales en los mercados de origen, provocando otra mordida a otra pata de los grupos turísticos, su red de agencias de viajes.

Es decir, la caída de una aerolínea impacta en todos los estratos a un operador turístico: a las ventas de su división minorista, a su división mayorista que tiene que buscar más capacidad en otras compañías lo que implica gastos adicionales, a sus hoteles y a su DMC.

La dependencia de una aerolínea externa tiene otro riesgo añadido que afecta directamente a la cuenta de resultados del touroperador, pues le genera una dependencia externa en lo que a sus costes aéreos y establecimiento de rutas se refiere. Y es que las tarifas le vendrán impuestas por el mercado o por los oligopolios si los hubiera...

Es por todo ello que, con esta decisión, Thomas Cook Group está jugando a un juego muy peligroso. No obstante, otros pesos pesados de la industria como Alltours, Dertour, Apple Leisure Group o FTI trabajan con terceros y han demostrado que hay vida más allá de las aerolíneas propias.

Otra opción es que TC cuente con un as bajo la manga y ya haya pactado o tenga determinado pactar con algún gigante de la aviación europeo para que se convierta en un estrecho colaborador que le garantice capacidad aérea a los destinos en los que están y estarán ubicados los establecimientos bajo las marcas Cook’s Club, SENTIDO, Casa Cook,  Sunconnect, SunPrime, smartline, SunWing y Aldiana. Pero, ¿quién será ese socio?