La próxima celebración de los Juegos Olímpicos 2024 en París (Francia) ha motivado al gobierno de la ciudad a retomar una iniciativa prohibida hace un siglo: que el Sena sea una zona apta para el baño. Y es que el Comité Nacional Olímpico y Deportivo Francés ha planeado, de manera muy innovadora, que la ceremonia de apertura del evento abandone el habitual estadio para celebrarse sobre las aguas del mencionado río, con las distintas delegaciones internacionales desfilando en embarcaciones. 

En 1923, la capital prohibió el baño en el Sena, que la atraviesa por su mismo centro, debido a los altos niveles de contaminación y al denso tráfico de embarcaciones motorizadas. Sin embargo, con motivo de las próximas Olimpiadas, en París se han puesto manos a la obra para llevar a cabo tareas de limpieza y saneamiento en la vía fluvial y así poder celebrar pruebas de natación y remo en sus aguas. Además, la intención es reabrir zonas públicas aptas para el baño a partir de 2025. 

La amenaza de las bacterias


Esta rompedora e inédita idea para la inauguración de unos Juegos Olímpicos ha chocado de frente con la situación real de un río que recoge vertidos de aguas pluviales desde el alcantarillado de la ciudad y que, hasta el momento, sigue presentando altas concentraciones de bacterias en sus aguas. 

Este verano, se han intentado llevar a cabo pruebas de triatlón con recorridos a nado por el Sena, pero en varias ocasiones se han tenido que suspender por las mediciones de elementos contaminantes en el agua. Tanto es así, que los análisis de tres muestras en el recorrido mostraban niveles de la bacteria ‘E. coli’ superiores al límite máximo reglamentario de 1.000 UFC por 100 mililitros de agua, fijado por la federación internacional World Triathlon.