Tras la polémica generada, el Consell de Mallorca promete destinar 1,8 millones de euros para el Real Club Deportivo Mallorca, pero no será por promoción turística, tal y como acordaron ambas partes en principio. El Ejecutivo insular había anunciado que el equipo de fútbol más importante de Baleares colaboraría con la institución, promocionando la isla como un destino de turismo deportivo. Unidas Podemos y MÉS, los dos partidos que conforman el pacto de gobierno junto al Partido Socialista —impulsor del acuerdo—, se opusieron a la iniciativa argumentando que Mallorca no necesita atraer más turistas, sino conseguir un modelo turístico más sostenible. La financiación saldrá finalmente de una partida para el fomento del deporte.

El Consell de Mallorca está negociando con el Govern de Baleares y el Ayuntamiento de Palma, con el objetivo de sacar adelante el contrato firmado el pasado agosto, por el que la administración mallorquina se comprometía a pagar 1,8 millones de euros al RCD Mallorca a cambio de utilizar al club como un reclamo turístico deportivo para la isla. Tal y como recoge Europa Press, entre las diferentes acciones incluidas en el acuerdo, el estadio del club mantendría a largo plazo el actual nombre publicitario "Visit Mallorca Estadi". Tras las desavenencias en el equipo de Gobierno, el departamento de Turismo y Deportes ha rectificado su plan original, anunciando que se invertirán 2 millones de euros para el fomento de actividades deportivas, de los cuales 750.000 euros serán para el Mallorca y 250.000 para el Atlético Baleares. El resto se repartirá entre todos los clubs semiprofesionales y deporte base regional. 

La masificación de Mallorca, el gran debate
 

Mallorca está experimentando un verano con una ocupación turística muy alta. Numerosos viajeros han reservado sus vacaciones en la isla balear este año, y muchos de los visitantes que reservaron en 2020 y 2021 y no pudieron viajar debido a la pandemia, finalmente han acudido también en 2022. Esta situación ha abierto de nuevo el debate sobre la masificación turística y sus efectos sobre la población residente, en el que incluso el empresariado turístico local se ha posicionado a favor de limitar la actividad alojativa.