Mallorca está experimentando un verano con una ocupación turística muy alta. Numerosos viajeros han reservado sus vacaciones en la isla balear este año, y muchos de los visitantes que reservaron en 2020 y 2021 y no pudieron viajar debido a la pandemia, finalmente han acudido también en 2022. Esta situación ha abierto de nuevo el debate sobre la masificación turística y sus efectos sobre la población residente. 

La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) admite que es necesario poner límite a la actividad turística, pero señala a la Administración Pública como máxima responsable de la saturación: "Hay que generar debate y buscar equilibrio [...] no hay un transporte público en condiciones", refiriéndose a la falta de conexiones de autobuses en la isla —algo que también ocurre en las islas vecinas como Menorca—.

El Periódico de España recoge las declaraciones del presidente de los hoteleros de Alcúdia y Can Picafort, Jaume Horrach, en las que destaca la gran subida de visitantes en el periodo estival. Horrach añade que en 2019 estaban "igual y ahora se ha reactivado el debate", desligando al turismo como único culpable de la saturación, argumentando que la actividad alojativa es un elemento más que contribuye a la masificación, al igual que otros factores como la superpoblación de residentes.

Por otra parte, el Conseller de Model Econòmic del Govern, Iago Negueruela, pone el foco en la recuperación económica que está trayendo el turismo: "Hay que recordar de dónde venimos: de dos años muy duros. Lo importante es que se han incorporado los trabajadores a sus puestos de trabajo [...] permitiendo que muchas familias puedan sostener su nivel de vida".