El origen volcánico de las Islas Canarias es hipnótico para algunos de los millones de turistas que las visitan todos los años. Es por ello que muchos no pueden resistirse e intentan llevarse piedras como souvenir en su equipaje de mano.

Tal y como recoge El Periódico de Lanzarote, en el control de seguridad del Aeropuerto Internacional de Lanzarote, son muchos los turistas que a diario se ven obligados a deshacerse de las rocas, que son detectadas en los controles de seguridad. De hecho, en ocasiones han llegado a detectarse cerca de medio millar de estos guijarros al mes.

De hecho, en el aeródromo es tan común dicha situación que cuentan con una vitrina donde se acumulan las rocas incautadas con el mensaje: “No cojas piedras como recuerdo. Ayúdanos a mantener la belleza de nuestro paisaje”.

Mientras que los niños optan por llevarse pequeñas piedras con olivino, mineral de color verde muy llamativo, los adultos viajan con otras de más tamaño que le son incautadas por dos motivos: está prohibida la recolección de piedras volcánicas y son objetos lo suficientemente contundentes para herir a otros pasajeros.