El top manta ha seguido inundando las calles de Barcelona durante las fiestas de Navidad, especialmente la plaza de Catalunya, pese al despliegue de un dispositivo conjunto de la Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra, para acabar con esta práctica ilegal.   

Según ha informado El Periódico, los cuerpos policiales alegaron al respecto, que la alerta de atentado terrorista los días 25 y 26 de diciembre, imposibilitaron la correcta y total aplicación del dispositivo de seguridad. Este, contemplaba el despliegue de diversas unidades policiales en la plaza de Catalunya a primera hora de la mañana, con el fin de evitar la instalación de los manteros. Sin embargo, la amenaza yihadista se convirtió en prioridad para los Mossos y Guardia Urbana.   

Tras el fracaso de este dispositivo, ha surgido un debate sobre qué cuerpo policial cuenta con las competencias para controlar el vestíbulo subterráneo de la plaza Catalunya, concretamente la zona del intercambiador de trenes y metro, donde los manteros se refugian de la policía. Mientras que los servicios jurídicos del Ayuntamiento barcelonés señalan a los Mossos, estos recuerdan que la lucha contra el top manta corresponde a la Guardia Urbana.

A su vez, existe otra situación que los cuerpos de seguridad quieren evitar a toda costa: sacar a la fuerza a los manteros, ya que esto da lugar a enfrentamientos, que son grabados por los propios vendedores ambulantes y posteriormente difundidos en las redes sociales, lo cual daña la imagen de la ciudad y su policía. Por ello, el plan diseñado para las Navidades consistía en impedir la instalación de los manteros, no en echarlos.