El Procicat, el organismo de la Generalitat catalana que gestiona los asuntos de Salud Pública, ha dado luz verde a la vuelta de los cruceros a Cataluña para, previsiblemente, finales de junio. La entidad llevaba meses retrasando esta decisión, sin embargo, la alerta por parte de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) de que Barcelona podría dejar de ser uno de los destinos predilectos de las navieras ha hecho que el ente cambie de opinión.

Eso sí, el Procicat ha puesto algunas condiciones para la vuelta de los cruceros a Cataluña. Entre ellas, los itinerarios deben ser domésticos, es decir, solo entre puertos catalanes. Además, las compañías navieras deben enviar a la Secretaría de Salud Pública de la Generalitat un documento detallado de sus protocolos sanitarios en el que indiquen:

  • La capacidad para hacer pruebas diagnósticas dentro de los barcos.
  • Dónde y cómo se procederá a aislar a los casos positivos de Covid-19 y a sus contactos estrechos.
  • Centro sanitario concertado para atender los casos positivos tras el desembarco, así como el protocolo de derivación al mismo. También un plan de alojamiento para pacientes. asintomáticos o que no requieran hospitalización y contactos estrechos.
  • Actividad que realizará el crucero: itinerarios y fechas de escalas en puertos catalanes.
  • Actividad de los pasajeros: excursiones, protocolos de las excursiones, etc.
  • Procesos de limpieza, higiene y ventilación dentro de los barcos, así como los elementos de información a los pasajeros.
  • Capacidad y aforos máximos del barco, tanto en zonas comunes como en los camarotes. Esto incluirá a los pasajeros y a la tripulación.
     


Las navieras deberán remitir el documento 20 días antes del inicio del crucero y la Secretaría de Salud Pública de la Generalitat dispone de cinco días para responder. Sin embargo, tal y como señalan desde La Vanguardia, desde el Procicat no han detallado cuáles serán los estándares mínimos que exigirá, por ejemplo, los aforos máximos recomendados o cómo deberán ser los protocolos de aislamiento.

Por su parte, el Puerto de Barcelona ha recibido la noticia con optimismo, ya que la Ciudad Condal recibía antes de la pandemia 3 millones de cruceristas anuales, lo que supone una buena inyección económica, tanto para las instalaciones portuarias como para resto del tejido turístico.