Eran las crónicas de una muerte anunciada. Finalmente, South African Airways despedirá este mes a sus 4.708 empleados y será desmantelada tras 86 años operando, de los que los 10 últimos no había reportado beneficios. 

Tal y como ha informado On The Wings of Aviation, recientemente se hizo público que el Gobierno de Sudáfrica no financiaría más a la aerolínea, que ha logrado sobrevivir en los últimos años gracias a los 1.100 millones de dólares que el ejecutivo le ha inyectado.

De acuerdo con el diario citado, la compañía venderá sus activos para poder pagar las nóminas de la plantilla, siendo sus slots (derechos de vuelo y aterrizaje) de Nueva York y Londres-Heathrow los más valiosos. Los trabajadores percibirán una indemnización mensual por cada año trabajado, durante los próximos seis meses, la retribución por las vacaciones no disfrutadas, el mes en curso y otro mes por la notificación tardía de los despidos. Después de esto, South African quedará definitivamente disuelta.

La desaparición de esta aerolínea deja un gran hueco en la aviación de Sudáfrica, ya que era la aerolínea nacional que cubría, prácticamente, todas las conexiones internacionales con el país africano. Su colapso deja abierto un futuro incierto, en el que quizás nazca una nueva aerolínea con capital privado o se potencien las compañías sudafricanas ya existentes.