Meliá Hotels International y NH Hotel Group quieren sanear sus cuentas y reducir su endeudamiento, principalmente desprendiéndose de varios de sus hoteles. La hoja de ruta de ambas compañías turísticas incluiría un modelo operativo basado en la explotación de alojamientos a través del alquiler, la gestión o la franquicia, al mismo tiempo que obtienen liquidez con la venta de los citados establecimientos.

Desde que arrancó la pandemia, Meliá ha pasado de tener 43 hoteles en propiedad al cierre de 2019, a contar con 37 en 2022. Esta cifra es la más baja de la historia de la empresa balear, confirmando el viraje del modelo de negocio, forzada en parte por una deuda de más de 1.300 millones de euros en el primer semestre de 2022. El CEO de Meliá, Gabriel Escarrer, afirmó en este sentido: “Hay que desplegar una estrategia financiera destinada a reducir la deuda financiera del grupo y retornar de manera progresiva a los excelentes niveles de apalancamiento previos a la pandemia, cuantificando dicha reducción de deuda para este ejercicio en, al menos, 250 millones”, situando una rebaja similar a la acaecida en 2021, cuando traspasó ocho hoteles a Bankinter por algo más de 200 millones de euros.

NH Hotel Group, compañía dirigida por Ramón Aragonés, acabó el primer semestre de 2022 con un adeudo de 463 millones. Tal y como informa el medio Cinco Días, esta cifra supone una mejoría respecto a 2020, periodo en el que la deuda financiera llegó a estar situada en los 685 millones, gracias en parte a la venta de diversos activos importantes, como la operación del Gran Hotel Calderón en 2021, cifrada en 125 millones. El valor de los hoteles en propiedad de la empresa turística escalaría a los 2.100 millones de euros, por lo que NH tendría margen para acometer una reestructuración que le permita superar sus obligaciones económicas.