Mallorca no tiene intención de poner límites a los grupos de turistas que invaden ciudades de la isla, como Palma, Sóller o Valldemossa. Ni el Consell insultar, ni Ayuntamientos tienen pensado tomar medidas para controlar estas visitas guiadas, ni siquiera a pesar de la crispación de los vecinos. Una tendencia contraria a la de otros destinos como Barcelona, San Sebastián o Santiago de Compostela.

Desde el Consell alegan que “la mejor solución es siempre aquella que nace consensuada”. Mientras que desde el Ayuntamiento de Palma son muy claros en su respuesta. El consistorio no contempla tomar medidas desde “un prisma regulatorio o de prohibición”. El alcalde palmesano, Jaime Martínez, sí que se ha comprometido a elaborar una “carta de buenas prácticas con recomendaciones en positivo”.

Y es que los vecinos están ya hastiados, un hartazgo del que hasta los propios guías son conscientes. “Bloqueamos a los vecinos y el ruido es imposible”, afirman. Y es que en ocasiones se llegan a algunos casos que llegan a ser extremos: “En Palma y los pueblos insultan y chillan a los turistas. Es por la crispación”, afirma Pedro Oliver, presidente del Colegio Oficial de Guías Turísticos, al Diario de Mallorca.

Por su parte, Oliver reconoce que el segmento de los grupos guiados se está yendo de las manos. “Se mete a los turistas en autobuses de dos pisos, con 80 plazas. Es una barbaridad”, asegura Oliver, al mismo tiempo que denuncia que en Palma se da mucha oferta ilegal, que es la que realmente debería ser controlada.