El buen tiempo del que goza Reino Unido este verano, donde los termómetros han llegado a marcar los 33 grados, no solo ha debilitado la reserva de vacaciones de los británicos en el extranjero, sino que también ha posibilitado el estudio de ruinas históricas, por parte de los arqueólogos.

De hecho, según ha informado The Economist,  investigadores aéreos de la Comisión Real de Monumentos Antiguos e Históricos de Gales han hallado un fortín romano bajo un campo en la aldea de Magor (Monmouthshire, Gales).

Además, el organismo público Historic England (Inglaterra histórica) ha enviado diferentes equipos de reconocimiento aéreo de las bases de York y Swindon para analizar el país desde el aire, en busca de villas romanas y fuertes prehistóricos.

Los investigadores analizan la vegetación, concretamente lo que denominan “marcas de cultivo”, donde analizan las diferencias en el color o altura de las plantas, que puede ser modificada por aquello que esconden. Y es que, la espesura que crece sobre restos arqueológicos tiene acceso a más agua y mejores nutrientes.