En octubre de 2019 el Ayuntamiento de Barcelona acordó aplicar un tramo local al Impuesto de Estancias en Establecimientos Turísticos, lo que suponía aumentar hasta en cuatro euros la tasa que cobra la Generalitat de Cataluña desde 2012. El consistorio pretendía alcanzar una recaudación de 100 millones anuales.

Esa propuesta, que ya generó descontento en el Gremi d’Hotels en su momento, llegó en un contexto muy diferente al actual, sin embargo, el consistorio de la ciudad condal no ceja en su empeño de que la subida entre en vigor a partir del 1 de enero de 2021, tal y como estaba previsto y sin tener en cuenta el impacto que ha tenido la crisis del Covid-19 en el sector alojativo, tanto en el hotelero como el extrahotelero. De hecho, desde la corporación local iniciaron este lunes la tramitación de dicho incremento en el impuesto.

Enrique Alcántara:

Enrique Alcántara:

Las intenciones del Ayuntamiento han sido duramente criticadas por la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (APARTUR) desde donde destacan que “no es el momento oportuno”. Enrique Alcántara, presidente de la patronal insiste en que el escenario que ha dejado este verano la crisis sanitaria hace necesario que se replantee una medida que desde el sector ya era considerada como injusta e innecesaria.

“Ahora, nos hemos encontrado con una crisis que ha dejado muy tocada la economía”, destaca e incide en que incrementar la tasa dificultará todavía más la recuperación de las empresas: “Es hora de ayudar a conservar los puestos de trabajo y no de aumentar impuestos que ponen las cosas todavía más difíciles”.

Alcántara insiste en que el aumento de la tasa tiene un impacto especialmente negativo en las viviendas de uso turístico, ya que, además de ser la segunda subida desde 2016, las equipara con los hoteles de lujo.