Que las relaciones entre Norwegian y Ryanair están rotas ya no es noticia y mucho menos después de que se haya hecho público que la compañía escandinava le ha quitado durante este año 140 pilotos a la irlandesa.

Este es justamente el que puede ser el punto de partida de las desavenencias entre unas empresas cuya feliz unión parecía haberse consumado el pasado mes de febrero, cuando Ryanair anunció conexiones para alimentar la red de larga distancia de Norwegian. Y es que la fuga de pilotos de la compañía de Dublín ha supuesto la cancelación de 2.259 vuelos, lo que acarreará pérdidas por valor de 25 millones de euros a los que hay que sumar la sanción de 4,5 millones que podría imponerle el ministerio de Fomento de España.

Para entender el “robo” de pilotos es muy interesante conocer las condiciones que ofrece una y otra empresa a sus trabajadores. Según revela el diario ‘El Mundo’ citando a un piloto que abandonó Ryanair para trabajar en Norwegian y que no puede revelar su identidad por motivos de confidencialidad “los copilotos en Norwegian cobran entre 5.500 y 6.000 euros al mes y un comandante entre 8.500 euros y 9.000”. Por su parte, en la ‘low cost’ irlandesa “era todo muy inestable”, pudiendo cobrar algunos meses 3.000 euros y otros 8.000.

Suscripción

Además, esta fuente señala que no tenían vacaciones pagadas y “si te ponías malo pues no cobrabas”. En definitiva, la mayoría de estos pilotos trabajan como service providers o autónomos. De hecho, casi el 70% de sus 4.200 están empleados bajo este régimen.

Ante estas circunstancias algunos vieron una nueva oportunidad en la rápida expansión de Norwegian. Uno de los primeros fue un español que mediante el boca a boca ha sido el artífice de la fuga de 70 pilotos de la misma nacionalidad rumbo a la línea aérea nórdica. Comenta que una amiga suya trabajaba en la empresa de Bjion Kjos y le recomendó que probase, por lo que decidió cambiar. Tras un tiempo en ella, invitó a otros compañeros a que siguieran su ejemplo.

En los momentos que se gestaba esta gran evasión, Michael O’Leary acusó a la empresa noruega de estar corta de liquidez y atacó asegurando que “no sobrevivirán al invierno”. Tras lo que parecía una declaración de guerra pública se ocultaba un movimiento para desalentar a los oficiales que se planteaban cambiar de trabajo. Pero según señala la fuente de ‘El Mundo’. “la gente ya estaba tan harta que ha preferido marcharse sin mirar atrás”.

Y a estos movimientos se pueden sumar unos cuantos más. Se espera que 40 pilotos dejen de formar parte de Ryanair en las próximas semanas y también se señala a una fuga de mecánicos rumbo a la línea noruega, como ya ha ocurrido en el Aeropuerto de Barcelona donde 20 profesionales han cambiado de empresa. A todas luces, Ryanair tendrá que sacar todo el músculo posible para convencer a los especialistas de que es un buen lugar en el que trabajar.