El sector de la hostelería español mueve ficha para conseguir ventajas y ayudas económicas, para afrontar la pronunciada subida de la factura energética. La asociación Hostelería de España, patronal que agrupa a restaurantes, cafeterías y bares nacionales, ha compartido un manifiesto en el que se insta al Gobierno y a las compañías eléctricas y gasistas a aplicar medidas inmediatas que reduzcan el impacto de la crisis en los negocios de ocio y restauración.

Tras analizar los resultados de una encuesta realizada a las diferentes asociaciones territoriales de España, sobre posibles acciones frente al alza de precios en energía, Hostelería de España hizo llegar al Gobierno Central una serie de propuestas y estableció un calendario de acciones para presionar a la Administración y conseguir una posición más ventajosa. Una de las demandas principales es la de reconvertir las ayudas directas prometidas al sector por la pandemia aún no repartidas (existen unos 3.000 millones de euros paralizados), en bonos que sirvan para que los establecimientos paguen parte de sus facturas energéticas.

Además, el sector turístico quiere ver reducidos los impuestos de la electricidad, que se eliminen las penalizaciones ligadas a las modificaciones de los contratos en términos de potencia o que se promuevan las ayudas públicas para acceder a compras de suministros renovables a largo plazo: "Es necesario que desde las diferentes administraciones, diseñen medidas de apoyo al consumo, reducción de costes y transición hacia fuentes de energía renovables”, apuntaron desde la organización.

El sector hostelero prevé una caída del consumo
 

A pesar de los buenos datos generales que puede arrojar la temporada de verano en materia de ingresos, los márgenes de beneficios y la rentabilidad de los negocios pueden quedar lastrados por el elevado coste de los suministros. Según los datos de la mencionada encuesta nacional, la mayor parte de los negocios hosteleros (75%) han notado que el aumento generalizado de costes ha propiciado una tendencia al ahorro por parte del cliente. Esta situación se ha manifestado principalmente en la reducción del ticket medio, tal y como opinan llegando al 54,5% de los empresarios encuestados. 

Debido a todo esto, las previsiones para el último trimestre del año indican una fuerte caída media de ventas. En concreto, un 71,3% de los encuestados piensa que la facturación va a ser inferior que la de 2019, un 21,7% cree que las ventas se van a mantener y solo un 7% piensa que se van a superar las cifras previas a la crisis pandémica.