Joe Biden ha dado su primer discurso del estado de la Unión como presidente de los Estados Unidos. En él, no se ha dirigido únicamente a los ciudadanos estadounidenses, sino a todo el mundo y ha anunciado nuevas sanciones a Rusia. Entre ellas, el cierre del espacio aéreo a las aerolíneas rusas.
 


En un intento por aislar cada vez más al presidente ruso, Vladímir Putin, Estados Unidos se suma a los miembros de la Unión Europea (UE) y a otros países como Canadá, Reino Unido, Noruega o Islandia. De esta forma, occidente vuelve a cerrar filas. “Creyó que Occidente y la OTAN no responderían. Creyó que nos podría dividir”, ha asegurado Biden en referencia a Putin, a quien ha calificado de “dictador”.



 

No obstante, la decisión estadounidense supone un acto prácticamente simbólico. El pasado lunes los operadores turísticos rusos anunciaron la suspensión de las ventas de viajes a Latinoamérica y el Caribe —principales destinos en América para los turistas rusos— ante el “obstáculo insuperable para los vuelos transatlánticos” que suponía el cierre del espacio aéreo de la UE y Canadá.

Ahora cabría esperar que Rusia tome una medida recíproca contra las aerolíneas estadounidenses. Y es que así respondió Putin durante la jornada del lunes al cierre europeo y de otros países, prohibiendo a los vuelos de compañías aéreas procedentes de 36 Estados—entre los que se encuentra España— sobrevolar territorio ruso.