El birdwatching u observación de aves se ha convertido en una actividad que cada vez atrae más visitantes a destinos turísticos españoles, desde Huelva hasta Aragón. Se trata de un segmento que ayuda a complementar otras ofertas turísticas más mayoritarias como el ‘sol y playa’ o el cultural, sin embargo, en pleno boom esta actividad podría tener los días contados.

Y es que, tal y como recoge El Confidencial, los pájaros están desapareciendo de Europa y España. De hecho, un informe del Gobierno de Alemania determina que entre 1980 y 2010 han desaparecido 300 millones de parejas reproductoras en las zonas rurales del viejo continente, que se traduce en una reducción del 57%.

El mayor número de ejemplares desaparecidos (90%) se concentra entre las 36 especies más comunes como los gorriones, las alondras, las perdices grises y los estorninos, según un estudio de la Universidad de Exeter (Reino Unido). Los investigadores señalan que mientras que se han establecido políticas de conservación sobre las especies más raras, las más comunes han sufrido una merma mayor.

Además del impacto sobre el birdwatching, esta desaparición de aves también tiene otro impacto, que es el aumento de las plagas que en muchas ocasiones lleva la propagación de enfermedades como el dengue.