El aumento generalizado de costes, derivado de la inflación galopante que está viviendo Reino Unido, está haciendo replantearse sus planes vacacionales a muchos turistas británicos.

Tal y como detalla un estudio realizado por el medio británico TTG Media, los viajeros que declaraban estar preocupados por el aumento de los precios se han incrementado, pasando del 18 al 23% en el transcurso de febrero a marzo. Según Shona Thorne, directora de la agencia Thorne Travel, muchos clientes se están replanteando sus reservas vacacionales, retrasándolas este año o incluso posponiéndolas para el que viene por la incertidumbre económica.

Desde el estallido del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania los costes de la vida se han disparado y Reino Unido no es una excepción, ya que la inflación alcanzó en febrero una cifra récord en los últimos 30 años —se elevó hasta el 6,2%, la tasa más elevada desde 1992). Si hasta hace dos meses los precios no eran un problema para los viajeros británicos, la preocupación por ahorrar, ante la posibilidad de entrar en una gran crisis, se ha vuelto un factor relevante.