El concepto del típico chiringuito a pie de playa ha comenzado a cambiar en los últimos años y se extiende por la geografía española. Un ejemplo de ello se encuentra en Torremolinos, Málaga, donde varios establecimientos de este tipo han evolucionado hasta convertirse en ‘beach club’ o clubes de playa.

Una combinación de cócteles y comida ligera entre tumbonas, camas balinesas y música en directo, son ahora los ingredientes de las tardes veraniegas en los chiringuitos de esta localidad malagueña.

Dichas instalaciones, habituales en destinos turísticos como Marbella, Sotogrande (Cádiz), Mallorca, Formentera o Ibiza, han dejado de funcionar como discotecas abiertas hasta el amanecer, para convertirse en locales que ofrecen ensaladas, nachos, hamburguesas y comida vegana, asequibles para todos los bolsillos, además de opciones gastronómicas que atraen el turismo de lujo.

Benjamin van Roekel, propietario de un chiringuito en Torremolinos, comenta que tienen público de todo tipo: “Entre semana suelen venir familias, mientras que los fines de semana, sobre todo los domingos, cuando organizamos fiestas con el dúo de dj’s Les Castizos, se llena de gente joven”.

En otros lugares de la Costa del Sol, concretamente en Bajondillo, el concepto de ‘beach club’ ha revolucionado las tardes estivales. El chiringuito ‘Edén’, declarado por la revista Shangay como el destino de playa más ‘gayfriendly’ de Europa, dispone de hamacas para parejas, camas balinesas y superficie suficiente para acoger fiestas como el ‘Wonder Gay Festival’.