Imagine que usted y un socio invierten, respectivamente, 26 y 13 millones de euros en un restaurante. Hacen unas maravillosas campañas de marketing, eligen a buenos profesionales para gestionar la administración y hasta ponen modernas señaléticas para que el cliente sepa a donde va y qué tiene que ver en su gran restaurante. Pero resulta que la empresa que se encarga del personal pone camareros con las uñas sucias y los pantalones manchados, que son maleducados y que no hablan idiomas (olvidé decir que el restaurante es internacional). Además, el establecimiento sólo cuenta con una carta de bocadillos envueltos en plástico y sirve cervezas y refrescos en vasos de cartón. Y -¡cómo no!-, sin un baño y con un hilo musical que es puro ruido machacador que procede del motorcito que mantiene las cutre-neveras del restaurante.

Aspecto del interior de chiringuito de Playa del Inglés, en Gran Canaria

Aspecto del interior de chiringuito de Playa del Inglés, en Gran Canaria. Foto: Enrique Molina

Sin duda, es un canto a la excelencia de lo cutre. Pero ¿es esto ficción? No. Es lo que sucede en Gran Canaria. Un Gobierno de Canarias que se gasta 26 millones de euros, y un Cabildo que invierte 13 millones de euros en publicidad y en creación de eventos dentro y fuera de las islas, donde una gran cantidad de profesionales se involucran por enamorar al turista, y resulta que cuando llegan a una de nuestras playas -en particular Playa del Inglés y Maspalomas, ambas en el municipio sureño de San Bartolomé de Tirajana- se encuentran con monumentos a lo cutre, lo sucio y lo antihigiénico.

Detalle de la comida ofertada en kioscos de Gran Canaria

Detalle de oferta gastronómica en estos quioscos. Foto: Enrique Molina

Este verano he podido estar en Baleares y Tarifa (Cádiz) y seguro que ustedes habrán estado en muchos más lugares donde uno puede llegar y encontrarse magníficos restaurantes, terrazas y chiringuitos en plena playa. Pero eso sí, en ellos se consiguen los objetivos que persigue la industria turística: dar satisfacción al visitante y generar riqueza y empleo para los lugareños, todo ello respetando el medio ambiente, el descanso y la naturaleza del lugar.

Chiringuito en Ibiza

Chiringuito en Ibiza. Foto: Juan Ferrer

Sin embargo, en nuestras espectaculares playas del Inglés y Maspalomas parece que el último eslabón de todo un millonario esfuerzo por ser competitivos, por cuidar la excelencia, por vender Canarias y por ser un referente turístico a nivel internacional echa todo por las cloacas. (¡Ay, qué miedo cuando otros destinos dejen de ser atacados por el terrorismo internacional y los turistas tengan más oferta!).

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Si usted fuera un turista que se ha enamorado de Canarias por esos magníficos vídeos que muestran cómo la naturaleza nos ha regalado un espectacular escenario para vivir y generar nuestro sustento pero llega a uno de estos chiringuitos, su discurso al volver a su respectivo país será algo parecido a: “Mira que viven en un lugar privilegiado, pero que sucios y cutres son para generar un servicio tan asqueroso”. Porque si hablamos de otros destinos, seguro que han podido disfrutar de una magnífica paella o de una cocina del lugar que hará que toda esa inversión millonaria genere sus frutos.

Mesa en Playa del Inglés

Chiringuito Playa del Inglés. Foto: Enrique Molina

En todo proceso de incompetencia hay núcleos de poder que generan o permiten esta basura. He preguntado a mucha gente sobre quién es responsable y este misterio está al nivel de quién mató a Kennedy. Tras preguntar a la CIA y al círculo cercano de Putin y el Mossad y hasta los informantes del Vaticano, parece que es un tema de Costas o del Ayuntamiento de San Bartolomé. Pero es curioso que Costas también debe trabajar en el resto de España y sería infinita la lista de buenos lugares que están en plena playa.

Chiringuito Waikiki en Tarifa

Chiringuito Waikiki en Tarifa. Foto: Juan Ferrer

Miren, ya ni me interesan los culpables, sino que alguien lidere un cambio; alguien que se ponga a trabajar por cambiar esta imagen que denigra, sonroja y hasta es humillante cuando uno pasa por esos chiringuitos. Y desde luego, genera desconsuelo a todos los canarios que disfrutamos puntualmente de otras tierras y vemos como la calidad, la excelencia, el cuidado y la profesionalidad están a la altura de las expectativas.

Chiringuitos del sur: monumento a la excelencia de lo cutre.