Canarias no tiene esperanzas de que el turismo repunte a comienzos de su temporada alta, la de invierno. Y es que tanto los empresarios turísticos como la Consejería de Turismo dan por perdidos los meses de septiembre y octubre. Tanto es así, que las plazas aéreas para septiembre han caído un 20% con respecto a agosto. De esta manera, el archipiélago se juega la temporada a una carta: diciembre, cuando el frío se apodera de sus principales mercados emisores y empuja a los turistas a buscar destinos más cálidos.

Tal y como informa La Provincia, la previsión inicial es que las islas experimenten una ligera recuperación en noviembre, recibiendo el 40% de los turistas que recalaron en el Archipiélago en el mismo mes de 2019. Asimismo, se prevé que en diciembre el flujo de turistas se sitúe entre un 50 y un 60%. De cumplirse, la comunidad cerraría el año con cinco millones de visitantes, lo que supone una pérdida acumulada de la actividad del 60% con respecto a 2019.

Lo cierto es que, a corto plazo, el escenario no es halagüeño. Y es que son pocos los países europeos que no han ordenado restricciones de movilidad para España y teniendo presente el más reciente golpe para las Islas Afortunadas, que han sido incluidas por Alemania en su lista de 'zonas de riesgo'.

Ante este escenario, Canarias confía en su clima para recuperar a los turistas, pero entremedias tiene flecos que cortar. Por ejemplo, tiene que trabajar con touroperadores nórdicos y de otros países para que comiencen a dinamizar paquetes turísticos. También, tiene que generar confianza entre los visitantes y la población local, lo que pasa por ofrecer test PCR, ya sea en el origen o en el destino. Una acción que, además, le posicionaría a la altura de competidores como Turquía, que sí que ofertan estas pruebas. A todo esto se suma la situación epidemiológica, que genera gran incertidumbre porque se desconoce cómo se producirán los rebrotes en otoño-invierno.