El sector de los rickshaws en Barcelona, más conocidos como trixis o bicitaxis, se ha rebelado contra los operadores ilegales que mancillan la imagen de este servicio. Y es que en la ciudad condal son conocidos por ir a gran velocidad, circular mientras usan el móvil, utilizar vías básicas de tráfico o discutir con los clientes.

Según ha informado elPeriódico, esta situación ha llevado a algunas empresas de rickshaws autorizadas a no operar este verano. El sector, incluso, ha decidido iniciar una serie de movilizaciones contra la prestación irregular de estos servicios y contra las acciones citadas. Bajo este marco, se manifestaron el pasado miércoles, 3 de julio.

Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona ha impulsado diferentes medidas para regular a nivel técnico los vehículos de movilidad personal (VMP). En 2007, por ejemplo, aprobó una normativa para los vehículos de más de dos ruedas. También aplicó una limitación de itinerarios en Ciutat Vella durante la temporada alta e interpuso cientos de sanciones a los vehículos no registrados (en Barcelona hay 478 bicitaxis inscritos) en 2018, pero esto no es suficiente para el colectivo.  

Lo cierto es que este servicio no está vertebrado como una actividad económica como tal, ya que carece de licencia económica de actividad y solo cuenta con un registro. Por ende, cuando se destinan a la actividad económica, el Consistorio las denomina C1 y deben cumplir con una serie de requisitos: tener una masa máxima de 500 kilos; capacidad máxima para tres viajeros y un conductor; disponer de luces, timbre, identificación, registro y seguro; y un conductor mayor de edad.

Sin embargo, son muchos los operadores que no cumplen con estas medidas. Por ejemplo, operan trixis no registrados o los que sí lo están son conducidos por personas sin contrato o sin papeles. También circulan por vías no autorizadas o fuera de las rutas turísticas definidas para grupos.

“En la piratería se utiliza a conductores sin contrato, operadores que no cotizan, se trabaja mal y rápido, lo que puede ser muy peligroso para el usuario y se daña la imagen del sector”, reflexionó al respecto Erwin Triebels, de la empresa Pura Vida Rickshaw Tours y representante de la asociación Mobilitat i Turisme Sostenible de Barcelona (MITS).