Si bien la sequía que está afectando a Europa está teniendo impacto en la industria de los cruceros de río o incluso en algunos municipios costeros de España, también está desenterrando algunos tesoros escondidos bajo los pantanos y desatando una fiebre por visitar los pueblos sumergidos.

Uno de los ejemplos de la expectación causada por el resurgimiento de estos emplazamientos se ha producido en el pantano de Sau (Barcelona), donde incluso se han llegado a registrar congestiones de tráfico por la gran cantidad de visitantes que se han desplazado, informa Crónica Global.

Desde el Servei Català de Trànsit (SCT) han llegado incluso a lanzar una alerta de colapso, puesto que no solo se llenaron completamente los aparcamientos de las inmediaciones, sino que muchos visitantes optaron incluso por estacionar en el arcén de las vías de acceso.

El gran atractivo es la iglesia se Sant Romà de Sau, construida en el siglo XI y que quedó sumergida por el embalse en 1963. Tal es el furor que desata este edificio milenario que, desde el pasado año, la Diputación de Barcelona establece un sistema de reserva previa de aparcamientos para todos aquellos que quieran desplazarse al enclave entre el 24 de junio y el 11 de septiembre, meses en los que es más visible debido al descenso del nivel del agua.