Turquía ha seguido con sus planes para sumergir bajo el agua Hasankeyf, uno de los poblados habitados más antiguos del mundo con 12.000 años de historia y por donde han pasado hasta nueve civilizaciones.

Según informa Ahval News, el gobierno turco ya ha desmontado y trasladado los últimos restos históricos que quedaban en esta población ubicada al sudeste del país, a orillas del río Tigris. La “evacuación” de la mezquita Er-Rızk, de 610 años, supone uno de los últimos pasos de un proyecto que ha sido fuertemente criticado por los organismos internacionales, los historiadores y los 2.500 habitantes del lugar, eminentemente kurdos y árabes cristianos.

La presa Ilısu aumentará el nivel del río hasta en 60 metros, lo que supondrá que el histórico asentamiento de Hasankeyf quedará sumergido en un 80%. Ante dicha tesitura, el gobierno turco decidió trasladar tanto a los habitantes como a sus tesoros culturales.  Así, durante los últimos años se ha dedicado a desplazar tumbas centenarias, mosquitas y demás monumentos  que han sido reconstruidas en el denominado Parque Cultural de Hasankeyf, aunque muchas otras piezas históricas quedaran sumergidas o cercadas por los aguas.

Los expertos defienden que la afluencia de turistas que llegaba al lugar para descubrir uno de los asentamientos más antiguos no regresará a esta nueva versión del pueblo. Los locales creen, así, que han perdido su principal fuente económica.

Por su parte, desde el gobierno otomano se mantienen firmes en sus planes y explican que las inundaciones ya han comenzado y que esperan que la presa, 100 metros río debajo de Hasankeyf, comience a generar electricidad en febrero de 2020.