Las Islas Baleares tienen “una problemática” con el turismo de cruceros. Así lo manifestó Xavier Ramis, director general de Puertos de las Illes Balears, organismo que gestiona los puertos dependientes del Govern. Por ello, este asunto será una de las “bases de la nueva legislatura”.

Según ha informado Diario de Ibiza, Ramis indicó que una de las soluciones para evitar la llegada masiva de cruceristas es “diversificar los horarios de las llegadas” de estos barcos. En el caso de Mallorca, incluso, propuso que el puerto de Alcúdia también podría acoger “llegadas de este tipo de embarcaciones”.

En este sentido, reparó en que tanto el Govern, como los consells y ayuntamientos deberán “estudiar a fondo ese asunto, porque la llegada de cruceristas a Baleares es necesaria”, pero se debe evitar “los puntos de masificación”. Lo cierto es que cada verano, en el puerto de Ibiza, llegan a coincidir hasta cuatro grandes cruceros.

Por su parte, entidades ecologistas y sociales, tanto del archipiélago como de Cataluña, han solicitado este escalonamiento en la llegada de cruceros para reducir la congestión de turistas, el tráfico de estas embarcaciones y la contaminación.

Siguiendo el ejemplo de Dubrovnik

Si se llega a concretar esta medida, el archipiélago balear copiaría el modelo de Dubrovnik (Croacia), cuyo puerto está muy concurrido por los barcos de cruceros. El pasado 2018, tras conversaciones con el alcalde de la ciudad, Mato Frankovic, que pretendía limitar a la mitad el número de turistas que visitan el lugar, las principales navieras acordaron coordinar sus horarios para evitar que demasiados turistas inunden la urbe.