El aeropuerto de Ciudad Real alberga actualmente más de 50 aviones de diferentes aerolíneas, tanto nacionales como internacionales, y espera recibir un centenar más en los próximos meses, potenciando así su función de aparcamiento de los aviones.

Según ha informado Actualidad Aeroespacial, la infraestructura ya se está preparando para acoger estas aeronaves: se ampliará la plataforma de aviación comercial en casi 65 hectáreas y se construirán diferentes hangares para el mantenimiento de los aviones

Lo cierto es que el aeropuerto ha conseguido atraer cada vez a más aerolíneas y demás compañías para guardar los aviones, ya que goza de unas condiciones climáticas óptimas para la preservación de aeronaves, donde son sometidas a procedimientos de mantenimiento, preservación y desmantelamiento.

También está dotado de una terminal de carga y de aduana y se erige como un hub de modos de transporte, en el que van a parar líneas de ferrocarril (Alta Velocidad y la convencional) y la red de carreteras del Estado. En este sentido, por ejemplo, se habilitó un 'corredor sanitario' con China, que permitió la llegada a España de más de 60 toneladas de material sanitario. 

A su vez, está equipado con una pista de aterrizaje de Categoría III, de 4.100 metros de longitud y 60 metros de ancho, y con una de rodadura de 3.000 metros de largo y 45 de ancho. Cuenta con plazas de aparcamiento para la aviación comercial y general, y con terminales de pasajeros y carga. Cabe destacar que, el pasado septiembre, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) autorizó la apertura al tráfico de este aeródromo, tras nueve años cerrado. Sin embargo, la pandemia ha ocasionado que apenas registre tráfico aéreo, pero ha incrementado aún más su faceta como centro de almacenaje de las aeronaves que las aerolíneas no utilizan.  

El gestor aeroportuario Ciudad Real Internacional Airport (CRIA) se hizo con el aeropuerto hace cuatro años, en un concurso de acreedores, por 53,3 millones de euros. A CRIA, sin embargo, le costó reunir esta cantidad para formalizar la compra, por lo que el camino hasta la apertura al tráfico aéreo de la terminal no ha sido nada fácil. Finalmente pudo efectuar el pago, gracias a una deuda que el Govern de Balears estaba condenado a pagarle