Cuando quiebra una aerolínea, la industria de la aviación tiende a rellenar los “huecos” en un proceso cuasi natural. Ejemplo de ello es que, pese a los temores y el impacto inicial, el resto de los competidores suplió el vacío dejado tras la caída de Thomas Cook y sus cinco aerolíneas.
Ahora ocurre algo similar con la quiebra de la británica Flybe, y es que son varias las aerolíneas que han mostrado su interés por hacerse con los slots —derechos de aterrizaje y despegue— de la malograda compañía. Tal y como informa The Telegraph, entre los postores se encuentran dos de los principales grupos de aviación en Europa: Air France-KLM y Lufthansa. En la puja podría llegar a involucrarse incluso British Airways, compañía a la originalmente pertenecían dichos derechos, pero que se vio obligada a cederlos en 2012 a instancias de la Comisión Europea.
Apuntan que no tienen ningún interés en el resto de los activos de Flybe, pero que sí han emprendido negociaciones para hacerse con los 7 slots en el aeropuerto de Londres-Heathrow (Reino Unido) y los cinco de Ámsterdam-Schiphol (Países Bajos).
Sin embargo, la adquisición de dichos derechos puede ser una carga envenenada, puesto que el comprador tendría que colaborar en la salvación de la compañía en quiebra. De hecho, si los administradores concursales no encuentran comprador para Flybe, los slots regresarán a un fondo central gestionado por el coordinador de cada uno de los aeropuertos.
Cabe destacar que, en el caso del aeropuerto holandés, cabría la posibilidad de que dichas franjas fuesen retiradas, ya que en los últimos tiempos ha emprendido un proceso de reducción de operaciones, eso hace el botín de Flybe mucho más suculento.