Los rebrotes y las nuevas restricciones de viajes amenazan la capacidad de vuelo de las aerolíneas. Ryanair, por ejemplo, ya ha anunciado que la reducirá un 20% en los meses de septiembre y octubre. Una tendencia que parece haber llegado a las españolas Iberia y Vueling, ambas del holding IAG. 

Desde Vueling confirmaron a elEconomista.es que están "estudiando reducir la capacidad en septiembre", aunque todavía no han tomado ninguna decisión. Otras voces, apunta el diario, aseguran que la aerolínea tiene previsto recortar sus operaciones entre un 15 y un 20% con respecto a este agosto, en el que operó el 45% de su capacidad habitual (2.800 vuelos semanales). 

Lo cierto es que la aerolínea no ha descartado la cancelación de vuelos en agosto, si la demanda no es lo suficientemente fuerte. Además, cerró su base de A Coruña y advirtió que no sería la única en correr esta suerte. Vueling transportó a cerca de 1,14 millones de pasajeros el pasado julio, un 75,5% menos que en el mismo mes de 2019, y efectuó 11.521 operaciones, un 60% menos. 

El caso de Iberia

En cuanto a Iberia no está claro si optará por reducir sus operaciones, aunque desde la aerolínea aseguran que su operativa está en constante revisión. "La programación se da mes a mes y de septiembre todavía no se ha hecho nada público aún porque todo está en continua revisión basándose en la evolución de la demanda y las restricciones de los países (cuarentenas)", señalaron desde la compañía. Por el momento, Iberia opera el 27% de su capacidad y no ha recuperado la mayoría de sus rutas de largo radio debido al cierre de fronteras. 

Ante este escenario, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) estimó que España perderá 134,7 millones de viajeros aéreos en 2020, un 6,7% más de lo previsto en junio. Y es que el pasado julio el tráfico internacional no se reactivó como se esperaba y cayó un 80%. El nacional, que ha tirado del carro a marchas forzadas, también se precipitó un 60%. Las previsiones 'post verano' tampoco son halagüeñas, debido a que el turismo nacional tenderá a caer y no hay garantías de que el internacional se recupere.