Boeing ha sido acusado por los legisladores estadounidenses de construir “ataúdes voladores” y de participar en un “patrón de ocultación deliberada” para conseguir los permisos de vuelo de su avión 737Max 8

Según ha informado BBC, la citada acusación se produjo cuando la Comisión de Comercio del Senado interrogó al director ejecutivo del fabricante estadounidense, Dennis Muilenburg. Los senadores, a su vez, indicaron que tenían “serias preocupaciones” de que Boeing antepusiera los ingresos a la seguridad, mientras se apresuraba a obtener la citada autorización.

Cabe destacar que aviones 737MAX 8 protagonizaron dos accidentes mortales en Indonesia y Etiopía en menos de cinco meses, dejando 346 fallecidos, por lo que se ordenó dejar en tierra la flota de estas aeronaves el pasado marzo. Las investigaciones preliminares de ambos siniestros apuntaron a fallas en el sistema antibloqueo MCAS. Posteriormente, Boeing reconoció la implicación de este software, en el que está trabajando actualmente, en las catástrofes.  

A este respecto, Muilenburg reconoció que la compañía había cometido “errores”. “Hemos aprendido de ambos accidentes y hemos identificado los cambios que es necesario hacer”, agregó.

Los legisladores, por su parte, acusaron al fabricante de conocer los problemas en el sistema MCAS. En concreto, el senador Roger Wicker hizo alusión a los mensajes entre dos empleados de Boeing en 2016, coincidiendo con el proceso de certificación del 737 MAX, en los que planteaban la existencia de problemas en este software. Muilenburg defendió que había conocido los detalles de estos mensajes recientemente.

Mientras, el senador Richard Blumenthal consideró que la compañía había acelerado el proceso de aprobación de los 737MAX 8 participando en un “patrón de ocultación deliberado”. Asimismo, sugirió que los pilotos habían sido engañados y que Boeing había diseñado un “ataúd volador”.

Los senadores también criticaron el proceso de regulación, alegando que había un exceso de “intimidad” entre el fabricante y los funcionarios de la Administración Federal de Aviación (FAA). En este sentido, el senador Blumenthal señaló que el proceso de certificación de Estados Unidos está “absolutamente roto”.

Lo cierto es que la FAA ha sido criticada por delegar en la compañía buena parte de la supervisión. En esta línea, Muilenburg se mostró partidario de una “fuerte supervisión” y consideró que la seguridad del aparato se ve reforzada por los conocimientos de los técnicos de la industria. Asimismo, el ingeniero jefe de Boeing, John Hamilton, reparó en que la relación del fabricante con los reguladores no es “íntima”, sino “profesional”.