Era una contienda que llevaba mucho tiempo en liza y que al final ha perdido la empresa de San Francisco (EE.UU.). Airbnb tendrá que plegarse a las exigencias de la Agencia Tributaria y tendrá que ceder los datos fiscales de sus clientes.

Según recoge ‘Cinco Días’, la plataforma de alquiler vacacional ha hecho llegar a sus clientes un correo electrónico en el que informa sobre la actualización de sus políticas de servicios, de pago por los servicios y de privacidad.

La nueva política de privacidad entrará en vigor a partir del próximo 25 de mayo y ha sido creada para dar respuesta a las exigencias de Hacienda establecidas en el decreto aprobado a finales de 2017. Así, dispone que los anfitriones y huéspedes, cuando así lo autorice la legislación aplicable, “otorgan autorización de manera expresa, sin mediar notificación adicional, para divulgar datos de los anfitriones y huéspedes y demás información relativa a ambos o a sus transacciones, reservas, alojamientos e impuestos sobre el alojamiento a las agencias tributarias pertinentes, incluidos entre otros datos el nombre del anfitrión o del huésped, las direcciones del anuncio, fechas e importes de transacciones, NIF/CIF e información de contacto, así como el importe de impuestos que los anfitriones hayan recibido de los huéspedes (o que estos adeuden a los primeros)”.

La empresa estadounidense cambia de postura tras haber defendido que no cedería los datos de sus usuarios a no ser que mediase una orden judicial. El temor de sanciones de hasta 2,4 millones de euros puede haber sido uno de los principales alicientes.