Como era habitual antes de la crisis pandémica, Mallorca ha vivido este año un verano muy positivo en cuanto a actividad turística se refiere. Esta no es la única tendencia tradicional que se ha impuesto en el sector alojativo mallorquin, tras conocer que, en invierno, la isla balear verá como se cierran la mayor parte de sus hoteles —se espera que solo uno de cada cuatro hoteles se mantenga abierto en el invierno 2022/2023—, y que será el núcleo de la ciudad de Palma el que resista, manteniéndose operativa el 80 % de la oferta de alojamiento hotelera de la zona urbana de la capital insular. 

El presidente de la Asociación Hotelera de Palma y Cala Mayor (ASPHAMA), Javier Vich, afirmó que se están superando todos los pronósticos y que esta positiva dinámica tendrá un impacto directo en el tejido productivo de Ciutat de Palma y de Mallorca. El directivo añadió que en el caso de Palma estarán operativos el 80 % del total de 72 establecimientos que dispone Palma, descontando los negocios alojativos ubicados en las zonas costeras de la urbe como Playa de Palma, que gozan de gran parte de la oferta hotelera. "El 20 % restante cerrará de forma puntual para hacer obras de actualización y adecuar los hoteles a la nueva normativa turística, caso de instalar las camas elevables o cambiar las calderas", señaló Vich.

La previsión de ocupación de ASPHAMA para noviembre es que los hoteles superarán el 55 % de ocupación, frente al 49 % de 2019. Para el resto del invierno, la media puede situarse sobre el 40 %, con la esperanza de incrementar esta cifra de acuerdo con la extendida práctica de reservas en el último momento ('last minute'). Según el propio Vich, los 72 hoteles urbanos de Palma suman un total de 10.229 plazas.

Tal y como informa el diario Última Hora, para la patronal hotelera, el tipo de clientela que atraerá Palma en invierno "es de un alto poder adquisitivo y viene a disfrutar de todos los servicios turísticos de la isla en los meses de temporada baja y media, fuera de los meses de verano".