Cada vez más restaurantes de Mallorca pretenden extender la práctica de exigir una tarjeta de crédito en el momento en que se realice una reserva, para garantizarse que los clientes acudirán. En caso de no hacerlo —o no avisar con antelación de la incomparecencia—, el restaurante cobraría alrededor de un 20 % por cliente, en base al gasto medio por mesa que tiene estipulado cada establecimiento, según su categoría.

"Lo que buscamos es que los clientes vengan y no dejen colgadas a las empresas afectadas y, con ello, convertir en hábito el hecho de llamar a los restaurantes para avisar de que no van a ir, pese a haber hecho una reserva, por las circunstancias que sean", afirmó el presidente de Restauración en la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB), Alfonso Robledo, sobre esta posible medida.

Según Robledo, este fenómeno afecta gravemente a los establecimientos de la isla balear, especialmente desde la pandemia: "Hubo restaurantes que vieron como cerca del 30 % de las mesas quedaban sin cubrir porque las reservas realizadas no se cumplían. Esto ha calado hondo y se quiere cortar de raíz". El directivo también defendió la legalidad del cobro en forma de compensación por el incumplimiento una reserva, ya que "hay toda una serie de costes laborales y productivos que se tienen que paliar de algún modo".

Según informa el diario Última Hora, Robledo añadió que la restauración debe comenzar a aplicar un modelo similar al de los hoteles, sector que suele reclamar los datos de una tarjeta de crédito al hacer una reserva. Sin embargo, por ahora son pocos los negocios que se atreven a implementar esta iniciativa, por miedo a desanimar al cliente, concluyendo la propia CAEB que a corto plazo no se movilizarán para conseguir la normalización de esta medida, ya que sería una intromisión en materia de comercialización.

OCU recuerda que existen causas que justifican no acudir a una reserva
 

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) confirmó recientemente que también es legal cobrar anticipadamente por una reserva de mesa, pero su coste debe descontarse luego del precio final. Además, debe contemplar la anulación sin antelación y reembolso por causa de fuerza mayor, como es, entre otras enfermedades, el coronavirus.