El Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (MEX) corre riesgo de hundimiento pese a que sus instalaciones fueron sometidas a obras correctivas y de reforzamiento tras los seísmos que se produjeron en septiembre de 2017.

Según informa El Comercio, los hundimientos se producen por la extracción de agua de los mantos acuíferos del Valle de México, una práctica que se ha realizado durante las últimas tres décadas. Sin embargo, el terremoto de magnitud 7,1 del 19 de septiembre afectó a las terminales 1 y 2.

Aunque aún es necesario realizar un estudio actualizado de los daños, hay evidencias de que la zona donde se encuentra el aeropuerto se hunde “entre 21 y 30 centímetros por año”, según admite la administración del aeropuerto.

Desde 2017 se han producido desniveles y deslizamientos hacia las pistas en la Terminal 1, mientras que en la 2 se observan “importantes hundimientos diferenciales entre las estructuras de los dedos y el edificio terminal”.

No obstante, los gestores aseguran que las instalaciones están en las condiciones de seguridad adecuadas, aunque son necesarios nuevos estudios de diagnóstico para determinar los daños estructurales que permitan llevar a cabo nuevas medidas de corrección. El presupuesto necesario para desarrollar este estudio es de 196 millones de pesos mexicanos (aproximadamente 8,91 millones de euros).

En 2018, un total de 47,7 millones de pasajeros transitaron el Aeropuerto de Ciudad de México. En la última década, el tráfico de la terminal 1 aumentó un 63%, mientras que el de la Terminal 2, construida entre 2003 y 2007, se ha incrementado un 114%.