La situación de la aerolínea Aeroméxico es delicada, y es que no solo ha tenido que hacer frente al impacto económico que ha supuesto la pandemia, sino que también se ha visto afectada por la reciente decisión de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) de castigar a la aviación mexicana.

Representantes de la empresa, que se declaró en quiebra en julio de 2020, mantuvieron un encuentro con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para expresarle la preocupación que tienen sobre la situación de la compañía y solicitando apoyo económico, como el que han brindado otros gobiernos a lo largo del globo.



 

No obstante, el líder del Ejecutivo optó por ofrecer a los visitantes, entre los que también se encontraban representantes de la estadounidense Delta Air Lines —una de las principales accionistas de Aeromexico— el avión presidencial, según informa el diario El Financiero. Un Boeing 787 Dreamliner llamado “José María Morelos y Pavón”, del que lleva intentando desprenderse desde hace más de dos años. De hecho, se llegó a organizar incluso una rifa en la que no se encontró comprador.

Obrador llegó a proponer a los visitantes que la aeronave, gracias a sus lujos, es ideal para celebrar fiestas y viajes de boda en el Caribe. “Aproveché también para ofrecerles el avión, porque podrían usarlo, que lo administre Aeroméxico, si lo deciden, y que lo puedan usar para viajes ejecutivos o fiestas, porque hay la costumbre de que hay matrimonios, o se casan en algún lugar, ¿no?, del Caribe… y va la familia y van invitados; bueno, pues para eso podría utilizarse”, dijo después ante los medios.