El submarino Pisces VI, con base en la isla de Tenerife, es un navío multiusos que ofrece viajes subacuáticos tanto a científicos marinos que desean avanzar en sus estudios como a turistas interesados en la flora y fauna marina. Desde el año pasado, el buque se convirtió en una herramienta clave para los investigadores que desean estudiar las profundidades de los alrededores de la isla canaria de La Palma, tras la erupción del volcán Cumbre Vieja. En la última edición del evento SUTUS, el fundador de Pisces VI, Scott Waters, anunció que la empresa quiere ofrecer ahora viajes turísticos para explorar el volcán de La Palma. 

El medio Diario de Avisos recogió las declaraciones ofrecidas por Waters: “Pisces VI hace posible el acceso al océano más profundo, acercando la ciencia al turista, o al turista a la ciencia. Esa es la idea, una actividad que contribuya al conocimiento científico a la vez que abre la exploración del océano a aquellos que deseen vivir una experiencia única”. Waters añadió que la realización de esta actividad sería positiva para la 'Isla Bonita', generando un considerable volumen de "economía indirecta" para el territorio.

Este tipo de ofertas de ocio pueden ser una oportunidad para el sector turístico de La Palma, ahora mismo inmerso en un proceso de transformación. Tras la honda crisis social y económica que provocó la erupción volcánica, desde el Gobierno Central y Autonómico se implantaron varias medidas aún vigentes como el ‘Bono Turístico La Palma’ —20.000 bonos de 250 euros dirigido a los turistas que visiten la isla— o la exención de las tasas aeroportuarias para las aerolíneas que operen con el Aeropuerto de La Palma. A pesar de ello, la patronal hotelera regional Ashotel denunció la débil conectividad aérea con destinos europeos y la caída de la actividad turística insular de cara al invierno de 2022. Frente a estas críticas, el Ejecutivo español anunció la entrega de hasta 200.000 euros por cada ruta aérea que las aerolíneas establezcan con La Palma.

Pisces VI
 

El vehículo dispone de espacio para albergar una tripulación total de cuatro personas, pudiendo sumergirse hasta 2.180 metros de profundidad y contando con una duración estándar por misión de ocho horas, disponiendo hasta cinco días de autonomía energética para solucionar cualquier problema que pudiera presentarse. Pesa más de ocho toneladas y está propulsado por dos motores de siete caballos de potencia capaces de impulsar al submarino a más de cinco kilómetros por hora. Cuenta con equipamiento sónar de alta resolución, sistemas de comunicación avanzados y brazos robóticos para manipular objetos en el exterior, además de un equipo audiovisual preparado para la grabación de películas profesionales.