Valores, respeto, amor, cultura, responsabilidad, democracia, empatía, justicia, diversidad, humildad, comunicación, ética, moral, honestidad, integridad, motivación… Todo cabe en el liderazgo y estoy seguro de que tendréis muchos más conceptos que definen esta forma de actuar ante cualquier situación.

Alguien escribió: “En el contexto organizacional, el liderazgo es un tema de vital importancia, ya que determina el éxito o el fracaso, la consecución o no de los objetivos establecidos o definidos. Un buen líder proporciona orientación para el éxito, ejercitando la disciplina, la paciencia, el compromiso, el respeto y la humildad”.
 

El auténtico liderazgo es aquel que emplean los padres con sus hijos

El auténtico liderazgo es aquel que emplean los padres con sus hijos

Solo este segundo texto me lleva a lo que, indirectamente y sin darme cuenta, es lo que hago cada día para con mis hijas, con lo cual, el mejor ejemplo de liderazgo es el que empleo con ellas. Si no tienes hijos, quédate con lo que tus padres hicieron por ti, tus tutores legales, tus abuelos… En definitiva, aquellos que te llevaron hasta lo que hoy eres.

Ser el líder de un grupo de personas no es más que algo emocional y todo está orientado a la educación que nos han dado nuestros padres. Oiremos y veremos en infinidad de plataformas y artículos de opinión, donde se nos dice que ser líder depende de conceptos, especialmente anglosajones, palabras difícilmente interpretables para todos y que muchos no tienen el tiempo de buscar, identificar y, mucho menos, canalizar por obligación. Son conceptos que hoy en día, te venden en cualquier lugar y encima te los tienes que comer con papas porque alguien dijo que eso significaba ser líder.

 

 

Al final, la palabra líder o liderazgo como forma de hacer las cosas está totalmente desvirtuada porque cada uno la usa en su propio interés y beneficio, tanto el que lo vende como el que lo compra, creyendo que están actuando como auténticos líderes. Pero, en realidad, el liderazgo que emplean es un liderazgo propio de libro y, por su puesto, cambiante en base a las circunstancias laborales en las que te encuentres, cosa que no debería ser así. El líder o liderazgo debería ser el ADN de las personas encargadas de definir las líneas a seguir en una organización, un equipo de fútbol o una cocina profesional. Eso no debería cambiar nunca, como el DNI o como el pasaporte, va siempre contigo.

Por eso, entiendo que el liderazgo más sano y efectivo es el mismo que uso en la forma de educar a mis hijas, unidireccional, da igual cuáles sean las circunstancias económicas o sociales, lo correcto o lo incorrecto está presente en cualquier ámbito de la vida y nuestra función como padres es aconsejar correctamente el camino a seguir de nuestros hijos. En esa línea entiendo yo el liderazgo profesional.
 

El liderazgo transformacional inspira a los demás con el ejemplo y motiva a través de charlas, actos y consejos

El liderazgo transformacional inspira a los demás con el ejemplo y motiva a través de charlas, actos y consejos

Entre los liderazgos “autocrático”, “democrático”, “liberal” o “transformacional”, me quedo con el último, que es el que de alguna forma te enseña a pensar por ti mismo, como hacemos con nuestros hijos; es el que te evalúa de manera individual, ayudándote a mejorar tus puntos débiles y potenciando los fuertes. Por tener la misma sangre, dos hermanos no tienen por qué ser iguales.  El liderazgo transformacional inspira a los demás con el ejemplo y motiva a través de charlas, actos y consejos, igual que unos padres a sus hijos. 

Sé honesto contigo mismo, actúa de la misma manera que lo harías con tus hijos para con los demás y, en cualquier circunstancia profesional, especialmente en los momentos difíciles, reacciona de la manera que te gustaría que te viesen tus hijos actuar… Haciendo siempre lo correcto, ya que eso es lo que teóricamente queremos trasladar siempre como líderes, ¿verdad?

 

* Víctor Rocha López es Corporate Chef F&B Culinary trainer. Autor del libro 'El humo que todo lo quema'