Dicen que solo cuando pasas por un trauma importante o recibes un revés que no esperabas, tu vida da un cambio radical y ves las cosas de otra manera. El confinamiento nos enseñó muchas cosas, especialmente a saber apreciar lo difícil que es darle sentido a los detalles.

Cuando la brisa solo te llega por una ventana y no a través del contacto con el infinito.

Cuando el agua te salpica solo a través de la ducha y no por una lluvia repentina al salir del trabajo.

Cuando el cantar de los pájaros viene de un documental y no por tu paseo matutino por el monte.

Cuando el contacto con multitudes se reduce a convivir con los tuyos.
 

Disfrutar del aire libre


Cuando una quedada para cenar se concentra en el comedor de tu apartamento.

Cuando un paseo al atardecer se traslada al pasillo de tu casa.

Cuando salir a comprar se hace por sorteo.

Cuando los recuerdos, nunca revisados antes, llegan a emocionarte.

Cuando ves la luna cada día a través de la misma ventana.

Cuando el frío o el calor lo sientes solo en pijama.

Cuando tu mayor sacrificio solo es convivir con tu familia 24/7.

Cuando te das cuenta de que la felicidad no tiene nada que ver con lo material.

Cuando averiguas que tu mayor hobby es cocinar para los tuyos.
 

Cocinar en casa


Cuando la solidaridad empieza a formar parte de tu día a día.

Cuando el compartir no es populismo, sino una realidad.

Cuando el amor ya no brilla por su ausencia.

Cuando llegas a ver la línea del horizonte cada vez que te asomas al balcón.

Cuando tus sentidos te piden libertad.

Cuando empiezas a ver el valor de los detalles.

Cuando los detalles se convierten en fortuna.

Cuando una copita de vino blanco con la persona adecuada sabe mejor que la misma copa por un compromiso.

Cuando vuelves a jugar a hacer figuras con las nubes.

Cuando sales a la terraza en mitad de la noche y te das cuenta de que las mismas estrellas que tu padre te enseñó a detectar de pequeño, siguen ahí.

Cuando te das cuenta de que se puede vivir sin maldad a tu alrededor.

Cuando te das cuenta de que la verdad, la confianza, el cariño, la nostalgia, la ética, el amor y la comprensión, son las bases que sustentan tu familia.

Cuando ves que la vida sigue…

Cuando ves lo que tienes y lo que te falta, sin ser material, te das cuenta de lo vulnerables que somos, te das cuenta de que las cosas, la vida, es mucho más fácil de lo que nos habían contado.

El mundo se mueve a una velocidad tremenda y no nos damos cuenta de lo que verdaderamente es importante hasta que llegamos a una situación como la que hemos vivido. Algunos aprenderemos la lección y otros volverán a perder la memoria. Algunos daremos un giro de 180 grados a nuestras vidas buscando los detalles que solíamos dejarnos en el camino y otros no. Algunos buscaremos el momento y otros lo seguirán perdiendo. Algunos veremos una emoción en la brisa rozándote la cara o una lluvia inesperada que te pilla sin paraguas. Viviremos una sensación única en un paseo por la playa, descalzo y de la mano de quien más amas, veremos un regalo en una visita, una palabra de aliento en una mirada, un gesto de compromiso en un abrazo o una llamada a tus seres queridos como una rutina de real decreto con la misma libertad que antes tenías, pero con el convencimiento, que en cualquier momento se pueden marchar y esa llamada que tanto pensaste en hacer, nunca más podrás realizar.
 

Paseo por la playa


El mundo se mueve a una velocidad tremenda y tremenda es la velocidad que hay que coger para cambiar, para volver a ser conscientes de lo que tenemos y de lo que no tenemos, de lo que queremos y de lo que no nos debería importar más que, como los que hoy están contigo, se preocupan por ti y confían en ti.

La ética, la moral, la justicia, el respeto, la libertad, el amor, la tolerancia, la gratitud, la valentía, la honestidad o la bondad, entre otros, son los valores que mueven el mundo por un futuro mejor. El año 2020 aún no ha empezado, empezará en el momento que podamos volver a salir a la calle con absoluta libertad y en ese momento, veremos quienes han aprendido la lección y quienes no han abierto aun el baúl de los valores.

 

*Víctor Rocha López es Corporate Chef F&B Culinary trainer. Autor del libro 'El humo que todo lo quema'