Todo empresario hostelero reconoce y valora positivamente el poder explotar la terraza de su negocio, observando con preocupación la climatología adversa e intentando mitigarla utilizando una o varias propuestas con más o menos aceptación: estufas, calefactores, mantas individuales, biombos, veladores con o sin cerramientos, toldos, sombrillas, ventiladores, aspersores de agua...

Las posibilidades que ofrece el mercado son muchas, si bien no solo dependerá de esas propuestas para conquistar a los posibles clientes.

Para estar un paso por delante y marcar la diferencia antes o durante la cuesta de enero deberíamos empezar a pensar, planificar la primavera y en optimizar, diferenciándonos, nuestras propuestas para el ‘Terracitas Time’ respecto a:

  • El entorno

 Sin entrar en las ofertas hosteleras. Cuidar la confortabilidad y accesibilidad de los espacios (servicio, imagen: cojines, decoración floral, limpieza...). Serán condicionantes imprescindibles para generar bienestar y deseo.

 Debemos recordar cuidar aspectos olvidados como prever las posibles molestias generadas por presencia de insectos, aves e incluso animales de compañía. Para estos últimos, además de existir ordenanzas municipales ineludibles, tendremos en cuenta que una terraza de uso hostelero también es parte de nuestro negocio, y las normas que se deban aplicar al interior son extensibles al exterior. Como tal, podríamos tener quejas o reclamaciones por parte de otros clientes que se sintieran incómodos o molestos.

  • La oferta

Desde desayunos, a cenas, pasando por las meriendas. Así estaremos un paso por delante preparando ‘Es tiempo de terracitas’ para generar satisfacciones, no sólo puntualmente, sino durante todo el día. Muchas empresas solo fomentan la utilización de sus terrazas para determinados momentos del día. Las distintas ambientaciones y detalles en su montaje, ayudarán a comercializar tiempos muertos como el desayuno, mediodías y los de antes y después de los almuerzos y cenas.

Creo importante mencionar la realidad de muchas empresas que, basando su rentabilidad en la temporada de terraza, no la optimizan todo lo que podrían, y esa viabilidad que fácilmente  sería optimizada de una manera muy ventajosa, se queda tan solo en una terraza más de un local de hostelería. 

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  • El marketing

Aunque la oferta sea muy atractiva, sea la mejor de la zona, e incluso la mejor a 200 km a la redonda, no sería nada rentable si no se conociera, y es ahí donde una buena estrategia publicitaria marcará la diferencia.

Pero hay que tener en consideración la necesidad de seguir ahí: insistir, recordar y recordar para evitar el olvido y que los clientes sigan acudiendo. La publicidad no solo es para darse a conocer, sino para no ser olvidado.

  • El servicio

Este punto es claramente donde casi todos los empresarios no optimizan todo lo que debieran. Se pierde gran parte del potencial de su negocio. La eficiencia del personal no se cuida. El personal no ha sido formado adecuadamente para rentabilizar el servicio. Cualquier incidencia debería ser gestionada y solucionada con unas pautas previamente marcadas y eso, por desgracia para los clientes (que lo sufren), los empleados (que no están preparados) y los propietarios (que no rentabilizan) no suele ser así .
 
Las técnicas de venta son, en caso de existir, básicas y casi siempre generan incomodidades al cliente y percepciones negativas. El personal suele ser eventual y tampoco suele ser inculcado respecto al trabajo en grupo, el apoyo y ayuda entre compañeros y otros factores importantes como pueden ser la rapidez y la atención al cliente.

Lo curioso es que se acerca el ‘terracita time’ y todos estamos deseándolo, pero…
¿El empresario está dispuesto a planificarlo o tan sólo hará búsqueda de personal?¿Estará otro año la estrategia incompleta o por el contrario, irá un paso por delante?