Las Tapas son en la actualidad  Trending Topic de la hostelería por ser un elemento destacado, de los más deseados y, por lo tanto, de los más utilizados. 

Los aperitivos y el picoteo han dejado de ser un regalo gastronómico o un detalle para acompañar la bebida para convertirse en una pequeña porción de alimento que el cliente está dispuesto a pagar sin desagrado.

Su servicio ha ido evolucionando y ha trasformando costumbres gastronómicas. Algo que apareció en las barras de cafeterías y bares, entró en los salones de los restaurantes desplazando al pan con mantequilla y a las típicas y queridas aceitunas.

Ir de tapas es una costumbre muy nuestra, muy española, que ahora está siendo utilizada por el sector hostelero como estrategia. Algunos restaurantes ya están brindando la posibilidad de almorzar o cenar en sus salones con propuestas a base de un número determinado (si es a un coste fijo) de tapas, pintxos o canapés. 

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No sería exagerado pensar que las tapas, cada vez están más cerca de ser Patrimonio de la Humanidad

De igual manera a la hora de elegir el postre también existe la opción de poder catar por el precio de uno completo, tres o cuatro bocaditos variados a modo de pequeñas porciones.

La ventaja es bastante atractiva, ya que los clientes puedan probar gran parte de la oferta, para quedarse con las ganas de repetir en otra ocasión la experiencia de ‘Picar...PICAR!!’ o, ya conociendo las opciones, dejarse llevar y consumir sus preferencias ya contrastadas. 

A niveles de rentabilidad, ofrecer las tapas es una práctica muy interesante y coherente:

  • Optimiza y rentabiliza géneros al máximo.
  • Sus Infinitas posibilidades convierten las convierten en una oferta muy atractiva y apetecible tanto a deshoras como en las comidas principales (desayunos, almuerzos y cenas).
  • Dinamiza la sala del restaurante, potenciando las innovaciones y generando curiosidad e interés en  los clientes que, además, pueden compartir mesa con cualquier comensal sea cual sea sus condicionantes gastronómicos: moderados, vegetarianos, celíacos, veganos, o aquellos que padecen intolerancias alérgicas de otra índole. De esta manera, la oferta variada y muy dinámica se adecúa a cualquier tipo de cliente.

Es en este aspecto en el que radica gran parte de la diferencia con respecto a los menús degustación. Ambos están compuestos por elaboraciones esmerados, sin embargo, las tapas destacan por sus múltiples formas de presentación y su dinamismo, son más atractivas y están en constante evolución, y actualización.

Por último y como curiosidad, me gustaría comentar dos casos de estrategias empresariales basadas  en las tapas -“Picar…PICAR- de dos empresas que, debido a mi interés por conocer nuevos planteamientos, tuve el gusto de conocer y aprender de ellas:

  • El primer caso lo conocí hace más de 20 años. Es el de un local de ocio nocturno que obsequiaba a sus clientes repartiendo cazoletitas con guisos bien adentrada la noche para sorpresa y satisfacción de sus clientes.
  • La otra empresa es una cafetería que descubrí hace ya  más de dos lustros. Se trata de un local hostelero que como estrategia diferenciadora, interesante y pionera, regalaba Tapas con el café durante las horas de la mañana a modo de desayuno (picatostes, churros, magdalenas, galletas, palmeritas de hojaldre, etc.).

Pensar en el potencial de las tapas es entender que con ellas es más fácil conseguir que un cliente casual de barra se convierta en un cliente asiduo e incluso de restaurante.