Una de las sensaciones que el ser humano no puede experimentar por sí mismo es la de volar. Quizás por ello, el birdwatching se ha convertido en una práctica muy recurrida entre los amantes de los animales, de la naturaleza o, simplemente, curiosos.

De hecho, el turismo ornitológico o de avistamiento de aves es un segmento en alza en el mercado español, por lo que diferentes destinos del país han desarrollado estrategias promocionales para captar a los aficionados a esta actividad, siendo algunos de ellos las Islas Baleares y el Parque nacional y natural de Doñana (Huelva, Andalucía).

A este tipo de promociones también se ha sumado la Comunidad Valenciana, que en su página web invita a los usuarios a coger los prismáticos y apasionarse “con el maravilloso mundo de las aves”.

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Lo cierto, es que la Comunidad Valenciana alberga diferentes especies durante todo el año, que además habitan en lugares muy diferentes, como humedales, sierras interiores, zonas esteparias, lagunas, ríos o acantilados. Estos espacios, que están protegidos, cuentan con infraestructuras adecuadas para que la observación de las aves no se vea entorpecida.

Algunos de los lugares idóneos para avistar aves son el Parque Natural Espadán, donde se pueden observar águilas, aves rapaces o nocturnas, así como el Parque Natural de la Marjal de Pego-Oliva, que alberga aves acuáticas, o el Parque Natural del Desert de les Palmes, donde transitan 20 especies de rapaces en migración postnupcial. Todas estas zonas de avistamiento están ubicadas en Castellón.

Mientras que algunas de las especies más representativas de la Comunidad Valenciana son: el pato colorado (Netta rufina), Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides), Halcón de Eleonora(Falco eleonorae), Morito (Plegadis falcinellus), Abejaruco (Merops apiaster) o el Buitre leonado(Gyps fulvus).