“Lo positivo de la Semana Santa es que permite que el verano arranque muy bien y se pueda tener capacidad desde el inicio”, señala Alfons Claver, director de Comunicación de Norwegian para España, en una entrevista en Tourinews

Claver destaca, además, que el periodo de la Semana Santa permite “sortear dos periodos bajos de actividad” como lo son los meses de febrero y marzo, así como mayo. Asimismo, subraya que desde Norwegian son muy optimistas, cara a la temporada de verano, “porque sigue habiendo una demanda insatisfecha”. 

Pregunta (P): ¿Cómo ha ido la Semana Santa para la aerolínea Norwegian?

Respuesta (R): En nuestro caso la Semana Santa ha venido bastante fuerte. La verdad es que sigue existiendo mucha demanda latente que no estaba satisfecha en los últimos años y la gente todavía tiene ansias de viajar. No puedo dar datos concretos de la Semana Santa porque todavía no ha acabado el mes de abril, pero recientemente hicimos públicos los datos del mes de marzo y hemos transportado un millón y medio de pasajeros. Esto supone un incremento notable respecto a lo que veníamos transportando en el año anterior, casi un 81% más. Está creciendo el tráfico aéreo y, al mismo tiempo, se está estabilizando mes a mes. Todavía seguimos con la senda de crecimiento. 

P: ¿Cuál es la temporada de referencia para ustedes? ¿Sigue siendo el 2019 o es el 2022?

R: No puede ser el 2022 porque ese año empezamos con la variante ómicron, que parece que es algo lejano y solo han pasado 15 meses. Por lo tanto, es muy complicado hacer una comparación válida todavía. Por ello, el año de referencia sigue siendo el 2019, sin lugar a dudas. 

Foto: Pixabay

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P: Siempre se habla de la Semana Santa como un hito turístico a lo largo del año, ¿para las aerolíneas también lo es?

R: Es en cierto modo el punto de arranque de la temporada de verano. Lógicamente, todas las aerolíneas venimos de una temporada muy fuerte como las Navidades y el Año Nuevo, y hasta que no llegamos al mes de junio, que es cuando empieza realmente el pico del verano, la Semana Santa es el puente que permite sortear dos periodos más bien bajos de actividad: el periodo de febrero-marzo y el mes de mayo. Por lo tanto, la Semana Santa es un periodo muy importante para las aerolíneas. 

P: En Semana Santa tienen que llevar la empresa al máximo para trasladar a muchísimos pasajeros en muy poco tiempo. ¿Es ese pico un buen negocio para la aerolínea o supone demasiado estrés? 

R: Bueno, si se incrementa la capacidad es porque coincide precisamente con el inicio del verano. Es muy complicado poner y quitar capacidad solo para un evento que dura como máximo 10 días. Con lo cual, lo bueno de la Semana Santa es que permite que el verano arranque muy bien y que puedas poner capacidad desde el inicio. Sin duda, es un periodo para tenerlo en cuenta. 

P: ¿Cómo se ha desarrollado la temporada de invierno? ¿Cuáles han sido las rutas más rentables?

R: La compañía ha reorientado un poco su perímetro de competencia, que es el mercado nórdico. La compañía volaba en 20 países europeos que no eran necesariamente nórdicos. Por ejemplo, desde España teníamos vuelos a Italia, Reino Unido, Alemania… y hemos llegado a tener vuelos desde Barcelona a Israel. También teníamos el largo radio con vuelos a Estados Unidos. Llegamos a tener una red bastante tupida de vuelos nacionales en España, en particular, con Canarias. A raíz del Covid-19 y los eventos subsiguientes se ha reorientado la actividad de la compañía exclusivamente al mercado nórdico, es decir, vuelos entre los países nórdicos o domésticos; y luego, desde los países nórdicos al resto de Europa. Y, a partir de ahí, empezamos en España de una manera muy modesta después del Covid-19. Veníamos de una reestructuración bastante fuerte y, poco a poco, estamos creciendo de una manera bastante sostenida y con volúmenes bastante notables. El próximo 1 de mayo reabrimos, solo para la temporada de verano, la base operativa de Barcelona —solo manteníamos la de Málaga y la de Alicante—.

P: El sector turístico en general está sufriendo escasez de personal, ¿las aerolíneas viven una situación similar? 

R: No hemos percibido en estos momentos que haya una grandísima escasez, aunque es cierto que tampoco hay una grandísima disponibilidad de empleados. En nuestro caso, partimos con una actividad bastante más reducida de la que teníamos antes debido a los hechos que he comentado anteriormente: no tenemos vuelos de largo radio, no tenemos vuelos nacionales, no tenemos vuelos entre países europeos. Por ello, en ese sentido, podemos afrontar la temporada de verano con bastante tranquilidad. 
 

Estamos teniendo un número creciente de reservas para la temporada de verano"


P: ¿Cómo se vislumbra el verano? 

R: Se vislumbra bastante bien. Estamos teniendo un número creciente de reservas para la temporada de verano y operaremos cerca de 80 aviones. En el mes de marzo operamos 67 aviones, con lo cual estamos en una senda de crecimiento. Somos muy optimistas con la temporada de verano porque sigue habiendo una demanda insatisfecha. La gente sigue teniendo ganas de viajar y las ocupaciones están acompañando. 

P: Con respecto a la demanda insatisfecha, ¿puede ser que haya cambiado la visión de la vida y de los viajes? 

R: Es cierto que después de lo que hemos pasado hay gente que se está replanteado muchas cosas, entre ellos los consumidores. Al final también depende de la renta disponible que tengan los clientes. Hemos partido de unos niveles de ahorro durante el Covid. Hay gente que ha sufrido mucho, pero también hay gente que ha ahorrado mucho. Pasarse 4 o 5 meses encerrado en casa o limitado en tu propio país, también limita las oportunidades de gasto y de consumo. Posiblemente, todavía estamos viendo los coletazos de la situación. Estamos retornando a los niveles previos de la pandemia. Aunque posiblemente haya gente que ha decidido que merece la pena viajar y disfrutar más. No podría cuantificar, no podría decir si es una mayoría o minoría, pero creo que es una mayoría selecta. 

P: ¿Cuáles cree que son los grandes retos de la aviación en esta nueva época?

R: Hay un tema que es más general de la economía, que es cómo ser más verdes, más eficientes. Es algo que se está haciendo ya en toda la cadena de valor. Los fabricantes están fabricando aviones más eficientes en consumo de fuel y las aerolíneas estamos aplicando prácticas que son más eficientes en nuestros aviones y en nuestras tripulaciones. Es una agenda en la que tenemos que seguir abundando. Por otro lado, tenemos que hacer más eficiente la navegación aérea, hacerla más sistemática y más paneuropea. En definitiva, los procesos de eficiencia y de recorte de todo lo que no es necesario continúen. No planteo este reto como una imposibilidad, sino como un camino en el que ya estamos y debemos seguir.