Algunos incidentes traumáticos han provocado los mayores cambios en la industria de la aviación, ya sea mediante la implementación de nuevas tecnologías, protocolos, medidas de seguridad o revisiones médicas a pilotos. Ejemplos son el accidente de Los Rodeos (Tenerife) en 1977, el avión de Germanwings estrellado en los Alpes franceses en marzo de 2015 o, más recientemente, el Coronavirus. Sin embargo, se puede afirmar que el suceso que más ha cambiado la forma de viajar fueron los atentados del 11 de septiembre de 2011.

Ya han pasado 20 años desde que 19 militantes del grupo terrorista islámico Al-Qaeda secuestraron cuatro aviones para perpetrar ataques contra las Torres Gemelas de Nueva York, y el Pentágono, cobrándose la vida de 2.996 personas. Una maniobra que provocó una revisión mundial de los procesos de seguridad que se aplican en los aeropuertos y que instauró la alerta permanente contra el terrorismo y supuso la implementación de más medidas de control con el paso de los años.
 

Se cumplen 20 años del trágico día que cambió la aviación mundial

 

  • A partir de septiembre 2001 se implementaron en todo el mundo controles de identidad, de seguridad y listas de exclusión aérea. En la UE, a partir de 2002, se empezó a exigir a las aerolíneas que comprobasen la identidad del pasajero tanto al facturar como al embarcar.  Otros países han implementado sistemas de identificación biométrica.
  • Desde diciembre de 2001, y a consecuencia de otro intento de ataque, se implementó la obligación de quitarse los zapatos para que pasen por el escáner. Además, los aeropuertos empezaron  a implementar sistemas de detección de explosivos.
  • A partir de 2006, le llegó el turno a los líquidos, geles, aerosoles y polvos. Tras un período de prohibición de portar estos elementos en el equipaje de mano, finalmente se limitó a 100 mililitros y a portarlos en bolsas transparentes individuales.
  • Desde 2017 se puso el foco en los aparatos electrónicos, que ahora deben pasar a través de los rayos X los objetos electrónicos.

En definitiva, el 11- S obligó a cambiar la forma de viajar, es más, ya hay generaciones que solo conocen esta normalidad.