El arquitecto japonés Arata Isozaki ha fallecido a los 91 años de edad. El autor, cuya obra siguió diferentes tendencias y estilos, como el brutalismo, el metabolismo o el postmodernismo, dejó también numerosas piezas que hoy son un gran atractivo turístico de las ciudades del mundo en las que se encuentran.

Sin duda, una de las obras de Isozaki más reseñables se encuentra en Barcelona, ciudad en la que precisamente está afincado el estudio de arquitectura del autor. Isozaki ideó y diseñó el Palau Sant Jordi, el pabellón construido con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992, además de ser la casa del baloncesto en la Ciudad Condal, también acoge otro tipo de eventos de gran interés turístico: conciertos, exposiciones, ferias, etc.
 


Pero la contribución en España de Isozaki en lo que atractivos turísticos se refiere no termina ahí. El arquitecto también diseñó la Domus —antes conocida como Casa del Hombre—, el museo de carácter científico ubicado en el paseo marítimo de A Coruña o el acceso al Centro Cultural Caixaforum de Barcelona.

Isozaki también ideó el diseño de la décima planta del hotel Puerta América de Madrid. Se trata de un establecimiento de cinco estrellas concebido como un proyecto colectivo entre 18 arquitectos e interioristas, entre ellos, el autor japonés.

Fuera de España, Isozaki también dejó diseños de interés turístico en todo el mundo, entre los que cabe destacar la exposición de 2010 del Museo Nacional de la Civilización Egipcia (El Cairo, Egipto), el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles, la ampliación del Museo de Arte de Brooklyn en Nueva York (Estados Unidos), o el Museo de Bellas Artes de Takasaki en su país natal, Japón. Asimismo, el Palau Sant Jordi no fue su única obra para unos Juegos Olímpicos, ya que Isozaki también ideó el Palacio del Hielo de Turín (Italia) para el evento deportivo de 2006.

El arquitecto nipón también presentó a lo largo de su vida una serie de propuestas que nunca se llegaron a realizar, como la Illa de Blanes (Girona), un complejo llamado a convertirse en el nuevo icono arquitectónico de la Costa Brava; los Baños de Artíes (Valle de Arán, Lleida), un hotel-balneario de lujo proyectado en las termas de Artíes; la reconversión de la Estación Internacional de Canfranc (Huesca), donde Isozaki planeaba instalar un centro de actividades y un Palacio de Congresos. Finalmente, este último proyecto fue desestimado en 2001 y hoy dicha instalación es un hotel operado por la cadena balear Barceló.