Los viajeros rusos se están quedando sin destinos que poder visitar. Si las sanciones de países occidentales impuestas a Rusia por la invasión de Ucrania ya habían limitado sustancialmente esta cuestión, el rechazo a la guerra por parte de la sociedad está haciendo el resto. Y es que el pasado 27 de julio el barco de cruceros ruso Astoria Grande se vio obligado a zarpar antes de tiempo del puerto georgiano de Batumi, donde además ha anunciado que no regresará.

El motivo no es otro que las violentas propuestas con las que fueron recibidos los 800 pasajeros rusos del crucero el día mencionado. Con huevos, botellas y pancartas los recibieron unos 200 manifestantes en protesta por la invasión de Ucrania. Ante la violencia utilizada, la policía tuvo que detener a nueve personas, entre ellas, un hombre ucraniano.

De acuerdo con el diario Frankfurter Rundschau, los activistas impidieron el desembarco del pasaje, asimismo, bloquearon el paso del autobús que debía recoger a los turistas en el muelle.

Finalmente, la compañía encargada del crucero, que realiza la travesía entre el puerto de Sochi (Rusia) y Estambul (Turquía), con una escala en Batumi (Georgia), ha anunciado que la parada en el puerto georgiano ya no se realizará.